Cuando se cambia una moneda por otra se emplean un tipo o tasa de cambio, es decir, el tipo de cambio es el precio de una moneda en términos de otra unidad monetaria. Por ejemplo, si se dice que el tipo de cambio del peso con respecto al dólar es $15.79 por dólar, esto quiere decir que el precio de un dólar en Argentina es $15.79. También podría expresarse el tipo de cambio del dólar con respecto al colón, lo que sería el recíproco de la relación anterior, es decir USUS$0.06 por cada peso.
El mercado cambiario o mercado de divisas es el mercado en el cual se transan las distintas monedas extranjeras. Este mercado está constituido por una gran cantidad de agentes alrededor del mundo, que compran y venden monedas de distintas naciones, permitiendo así la realización de cualquier transacción internacional. Riehl (1987) afirma que «no es una localización geográfica», más bien, está compuesto por un conjunto de agentes, demandantes y oferentes de divisas, quienes se hallan en distintos sitios alrededor del mundo y que se comunican haciendo uso del teléfono, de redes informáticas o de otros medios tecnológicos.
El mercado de divisas es un mecanismo que permite, de un modo impersonal y eficiente, poder adquirir divisas, facilitándose con esto el comercio internacional, pues se transfiere poder de compra de una moneda a otra, pudiendo así los agentes de un país realizar ventas, compras y otros tipos de negocios con los agentes de otras naciones. De ese modo, recurren al mercado cambiario exportadores, importadores, turistas nacionales en el exterior, turistas extranjeros en Argentina, inversionistas, etc.
El mercado cambiario juega un papel importante para el adecuado desenvolvimiento de los agentes económicos en sus transacciones internacionales, y, en general, para toda la economía. En este sentido se puede decir que su principal función es la de ser un mecanismo a través del cual se puede adquirir poder de compra en una moneda extranjera, es decir, brinda la posibilidad de efectuar pagos denominados en unidades monetarias de otras naciones. Puede notarse la importancia de esta función del mercado cambiario dentro de las relaciones económicas externas, pues como dice Spencer (1976), en referencia a los mercados de divisas, «sin ellos el comercio internacional quedaría limitado prácticamente al trueque»
Por otro lado, realiza una función de crédito en el sentido de que gran cantidad de las transacciones internacionales se efectúan empleando las facilidades de crédito que brinda el mercado cambiario.
Estructura y organización del mercado cambiario
En el mercado de divisas actúan una serie de agentes, que la mayoría de los autores coinciden en pueden clasificarse como:
• Empresas no financieras (exportadoras, importadoras, etc.) o bien, turistas, inmigrantes, etc.,
• Bancos comerciales, y
• Bancos Centrales.
• Corredores de cambio.
De ese modo, los empresarios, turistas, etc. son los demandantes y oferentes finales de divisas. Normalmente estos agentes no comercian entre ellos, e incluso, no tienen contacto alguno, sino más bien, lo que sucede es que éstos compran o venden divisas, según sea el caso, a los bancos comerciales prioritariamente. Estos últimos son en realidad los principales agentes del mercado cambiario.
Así cada banco comercial posee una cierta cantidad de divisas diferentes para cambiar unas por otras. Además, los bancos mantienen cuentas en otros, de diferentes naciones, para poder llevar a cabo las transacciones de sus clientes. En este sentido los bancos comerciales cumplen una importantísima función al actuar como intermediarios entre oferentes y demandantes de monedas extranjeras, sin embargo, se puede dar el caso de que un banco acumule más divisas de las que vende, o también que enfrente una demanda superior a sus reservas. Es en ese momento cuando los corredores de cambios toman un papel importante en el mercado, pues los bancos no transan entre sí directamente, sino que son los corredores los que están en la capacidad de equilibrar estos desajustes y de desempeñar un rol similar al de los bancos comerciales con respecto a los demandantes y oferentes finales de divisas.
Además, en el mercado cambiario participan los bancos centrales. De éstos depende, no sólo el tipo de cambio, sino, también el régimen o sistema cambiario, como un todo.
Sistemas cambiarios
Existen diversos modos a través de los cuales los tipos de cambios se fijan en una economía. Estos sistemas han ido evolucionand o con el tiempo y entre los más conocidos están:
• Sistema de tipo de cambio fijo,
• Sistema de tipo de cambio fijo ajustable,
• Sistema de tipo de cambio flexible o libre.
a. Sistema de tipo de cambio fijo
Un sistema de tipo de cambio fijo es aquel en el cual el banco central fija la tasa de cambio de acuerdo con sus políticas y criterios. De ese modo la autoridad monetaria asume el derecho de devaluar o revaluar la moneda, según que el valor de ésta disminuya o aumente, respectivamente, con respecto a un patrón que puede ser otra moneda o, como se dio por mucho tiempo, con respecto al oro. Este sistema estuvo en vigencia por muchos años, en el transcurso de los cuales tomó distintas formas.
b. Sistema de tipo de cambio fijo ajustable
En 1944 con la Conferencia de Bretton Woods, se pretendió crear un sistema monetario internacional que garantizara la estabilidad de los tipos de cambio y la cooperación internacional. Fue así como en esa ocasión se creó el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en su convenio constitutivo se establecía un sistema en el que los países se obligaban a adoptar una paridad con respecto al oro o al dólar de los Estados Unidos.
c. Sistema de tipo de cambio flexible o libre
En un sistema de este tipo la tasa de cambio varía en función de la oferta y la demanda de divisas dentro del mercado cambiario. El banco central no fija el tipo de cambio ni interviene en ninguna manera, a la vez que tampoco se fija ningún tipo de paridad.