El humo de la soldadura contiene contaminantes que pueden dañar las vías respiratorias, los pulmones y el sistema nervioso e incluso provocar cáncer. Los daños son muy graves. En muchos casos los síntomas pueden tardar meses -incluso años- en manifestarse.
En soldadura por arco, un soldador sin protección corre el riesgo de inhalar hasta medio gramo de partículas venenosas durante un turno de trabajo de ocho horas. La intoxicación llegaría a ser de 100 gramos al año, lo que representaría hasta 2,5 kilogramos en 25 años. Los soldadores tienen un 40% más de posibilidades de desarrollar un cáncer de pulmón que cualquier que fuman necesitan mayor protección que los no fumadores.
Exposición a contaminantes tóxicos
Pueden destacarse los siguientes:
Inhalación de humos metálicos provenientes del metal de base y de los electrodos
Los contaminantes presentes pueden ser óxidos de hierro, cobre, cromo, níquel, manganeso, cobalto, aluminio, molibdeno, titanio, tungsteno y el vanadio, entre otros. Los soldadores de aceros inoxidables de alta aleación, ricos en cromo y níquel, presentan un mayor riesgo de padecer un cáncer de pulmón. La inhalación de humos de cromo hexavalente es uno de los principales riesgos de los soldadores.
Otro metal que se encuentra en algunos aceros es el manganeso. La exposición crónica a humos de manganeso puede provocar efectos sobre el sistema nervioso central (una enfermedad parecida al Parkinson). Por este motivo, el manganeso es uno de los tóxicos relacionados con los procesos de soldadura más investigados en los últimos años y, como consecuencia de ello, su límite de exposición profesional (VLA en España) se ha ido reduciendo paulatinamente de manera drástica.
La exposición al cadmio es cada vez más excepcional o residual, aunque conviene recordar que es uno de los tóxicos más peligrosos. En la exposición aguda el “órgano diana” es el pulmón, y en la exposición crónica, los riñones.
Inhalación de humos metálicos provenientes del recubrimiento de las piezas a soldar
El peligro lo representan los óxidos de hierro, cromo, plomo y zinc. En la soldadura blanda (temperatura de fusión < 450º C) el metal de aporte suele ser el plomo y el estaño, pero también se emplean el antimonio, cadmio, plata, cobre y zinc. Los fundentes pueden contener compuestos inorgánicos (cloro y flúor) y compuestos orgánicos (derivados halogenados de aminas y amidas). En la soldadura dura (temperatura de fusión > 450º C) el metal de aporte puede ser a base de cobre, cadmio, plata, aluminio, níquel. Los fundentes pueden contener boro, fluoruros, fosfatos, cloruros y silicatos.
Inhalación de gases y vapores provenientes de la transformación térmica que se produce durante el proceso de soldadura
En este grupo de contaminantes cabe destacar el ozono, monóxido de carbono, dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y una serie de productos de descomposición como el fosgeno, ácido cianhídrico, fluoruros y aldehídos entre otros.
En el cuadro adjunto se describen los principales metales que pueden encontrarse en las operaciones de soldadura, las manifestaciones clínicas agudas y crónicas sus VLA (Valores Límite Ambientales) y sus VLB (Valores Límite Biológicos).
Particularidades de las soldaduras
Soldar acero inoxidable
En soldadura con varillas o mediante los métodos MIG, TIG o plasma, el humo que desprenda la soldadura de acero inoxidable siempre estará contaminada con partículas, normalmente de cromo y níquel, siendo la inhalación del cromo la más peligrosa. El método TIG no produce mucho humo, pero sí grandes cantidades de ozono. El corte o soldadura por plasma alcanza temperaturas muy altas que pueden dar lugar a emisiones de óxido nitroso. Si la concentración supera el valor límite de estos gases, deberá utilizarse un equipo de protección (línea de aire comprimido).
Soldar acero estándar
Pese a no ser de los más peligrosos, el humo de esta soldadura contiene partículas de óxido de hierro, que pueden producir siderosis. También pueden desprenderse partículas de otras sustancias nocivas, como flúor y manganeso. La soldadura MIG/MAG y con varillas producirá gran cantidad de humos, lo que hará necesario un respirador con filtro de partículas, y mantener el lugar de trabajo correctamente ventilado.
Soldar materiales con superficies tratadas
Se liberan varios contaminantes peligrosos, cuya nocividad depende del tipo de tratamiento aplicado a la superficie. Al soldar acero galvanizado, se liberan partículas de óxido de zinc, responsables de la conocida como ‘fiebre del fundidor de zinc’, o fiebre del humo. Si la soldadura se efectúa sobre materiales pintados, habrán de extremarse las precauciones, pues muchos tipos de pintura emiten contaminantes altamente nocivos. Cuando los materiales están pintados con imprimación de plomo (actualmente en desuso) hay que utilizar un respirador con filtro de partículas. Con pinturas de dos componentes, o tratamientos de poliuretano, existe un riesgo elevado de exposición a isocianatos, que, además de nocivos, son muy difíciles de detectar.
Cuando el material a soldar se ha tratado previamente con un disolvente, (tricloretileno), o la pintura contiene otros disolventes, se formarán gases muy tóxicos que requieren protección respiratoria del soldador (filtro combinado o un sistema de respiración con aire comprimido).
Factores determinantes en la ventilación
La eficacia de los Equipos de Ventilación Localizada (EVL) para lograr el control de los humos que se producen en la soldadura hasta reducir la exposición de los mismos a condiciones aceptables, depende de varios factores. Entre éstos:
-Foco contaminante. Determinado por las dimensiones de las piezas que se sueldan, la movilidad del punto de soldeo, el tipo de soldadura y la peligrosidad de los humos, la cantidad de humos producidos por unidad de tiempo, la dirección de emisión con relación a la posición que ocupa el soldador, etc.
-El proceso. Del tipo de proceso dependen las posibilidades de lograr confinamientos más o menos completos del foco contaminante, así como la posibilidad de adaptar los EVL a las instalaciones y máquinas empleadas.
-Actitud del soldador. Se precisa una utilización adecuada de los EVL para que las campanas de aspiración cumplan con la función para la que han sido diseñadas.
-Características de las campanas. Definidas por parámetros básicos como son el tipo, tamaño y diseño así como el caudal de aire que moviliza.