CONTAMINACIÓN SONORA
El ruido es el contaminante físico más frecuente en nuestro entorno, en ocasiones puede llegar a alcanzar niveles que pueden ser perjudiciales para la salud. No solo en el puesto de trabajo sino también en la vida cotidiana. Disponer de la información necesaria de las características del ruido que se genera, así como los efectos que puede causar a nuestro organismo, nos ayudara a tomar las decisiones adecuadas para prevenir sus efectos.
¿Qué es el ruido?
El ruido es todo sonido no deseado, molesto y desagradable que interviene en la actividad humana, dependiendo por tanto la sensibilidad y circunstancia de cada persona, no obstante el daño que puede causar en el organismo no depende que el sonido sea o no agradable sino de su nivel y el tiempo en el que se permanezca expuesto.
Tener en cuenta:
Que distintos sonidos a igual intensidad no causan lo mismo. Ya que el oído humano no es igualmente sensible a todas las frecuencias, siendo más molesto e irritante un ruido de alta frecuencia (los agudos), que uno de baja frecuencia (los graves)
Existen principalmente cuatro factores que determina la existencia del riesgo:
- Nivel de presión acústica: cuanto mayor es la intensidad de ruido, mayor es el daño que ocasiona.
- Tipo de Ruido: los ruidos continuos lesionan menos que los ruidos de impacto a igual intensidad.
- Tiempo de exposición: los efectos del ruido son directamente proporcionales a la duración de la exposición.
- Factores personales: principalmente la edad, por envejecimiento del aparato auditivo.
A lo largo de la jornada de trabajo se perciben de modo continuos sensaciones acústicas que son la suma de todos los sonidos generados en el ambiente.
Para valorar la exposición al ruido es necesario medir el nivel diario equivalente y el nivel pico.
- Nivel diario equivalente: el nivel de presión acústica continua equivalente ponderado A (jornada de trabajo) son tomadas 8 horas diarias.
- Nivel de pico: el nivel máximo instantáneo de presión acústica al que el trabajador se encuentra expuesto.
La unidad que se utiliza para medir estos valores son los decibeles relacionándose con la presión acústica de forma logarítmica esto quiere decir que dos fuentes que producen 80 DB cada una se producen 83 DB no 160 DB
80 DB +80 DB = 83 DB No 160DB
Efectos nocivos para la salud del trabajador
La exposición a niveles de ruidos elevados durante un periodo de tiempo significativo puede dar lugar a pérdida de audición, que en un principio son recuperables, aunque si con el tiempo no se toman medidas adecuadas pueden llegar a hacerse irreversibles, convirtiéndose en una perdida permanente de la audición o hipoacusia.
Además de estos efectos el ruido puede ocasionar otro de no auditivos: como dificultad para el dialogo, falta de concentración, molestias, irritabilidad y efectos fisiológicos.
Medidas preventivas
Se debe adoptar una serie de medidas preventivas para abordar los efectos nocivos para la salud del trabajador: Medidas Técnicas, Organizativas, Equipo de protección personal, vigilancia de la salud y formación e información.
- Técnicas: están encaminadas a disminuir la generación y propagación del ruido. Las más eficaces son dirigidas a controlar el ruido en el mismo punto que se produce o bien adquiriendo maquinas con bajos niveles de ruido, o con un mantenimiento adecuado en las existentes. Cuando no sea posible eliminar o reducir suficientemente el ruido en la fuente se debe tratar de interrumpir el medio de transmisión entre esta y el trabajador, mediante cerramientos, pantallas, o cabinas insonorizadas.
- Organizativas: van dirigidas a reducir el tiempo de exposición, entre esto cabe destacar: realizar el descanso en ambientes silenciosos, restricción del acceso a personal no autorizado o rotación del personal.
- E. P. P.: si a través de las medidas de protección aplicadas no se logró la suficiente reducción del ruido, tendrá que recurrir al uso de protección individual:
- Los protectores auditivos que debidos a sus propiedades para la atenuación del sonido reducen los efectos del ruido en la audición para evitar así un posible daño en el oído.
- Vigilancia de la salud: es importante realizar controles auditivos que permitan determinar el grado de afectación del aparato auditivo con el fin de poder tomar medidas para su conservación.
- Formación e información: se debe capacitar respecto a la exposición al ruido, para que de esta formar poder adoptar las medidas preventivas más adecuadas.
Protección Auditiva
- Las orejeras: consisten en carcasas rellenas de un material absorbente y con almohadillas blandas que hacen de sello alrededor del pabellón auditivo para minimizar el ruido. Son una opción popular de protección auditiva debido a la facilidad de uso y al alto nivel de protección. Existen una amplia gama de orejeras en modelos con arnés, banda de nuca, de anclaje acaso y plegables para satisfacer las necesidades de un gran número de situaciones.
- Los protectores “intraurales”: son más utilizados por personas con exposición permanente al ruido o que necesitan utilizar protecciones adicionales que impiden o dificultan el uso de los protectores de copa, como máscaras de soldar, cascos, protectores faciales, etc. Además, estos son más “por-tables” ya que pueden llevarse, dentro de sus cajas o envoltorios en un bolsillo, dejándolos disponibles en todo momento. Estos protectores suelen emplearse como protección adicional a los de copa, pudiéndose utilizar ambos a la vez, ya que los tapones aísla mejor las bajas frecuencias, mientras que las orejeras lo hacen mejor para las altas.