26 abril, 2024

El papel de la empresa en la competitividad.

La constante apertura hacia nuevos mercados por parte de las empresas, hace que la competitividad un tema particularmente importante. La competitividad de una organización al momento de exportar, es el factor principal a tener en cuenta por parte de los empresarios; en cuanto a tiempo de entrega, cantidades de producción, calidad del producto, y/o servicio, entre otros.

¿Qué es competitividad en una empresa y qué bases tiene?

Competitividad se entiende como la habilidad de una empresa de mantener un crecimiento constante, en cuanto a capacidad de diseñar, producir y/o comercializar bienes y servicios. Es un concepto de carácter comparativo, es decir, se mide a través de parámetros de eficiencia y calidad de las demás empresas que compiten en el mercado regional, nacional o mundial.

La competitividad de una organización tiene cuatro atributos:

  • Las condiciones de los factores.
  • Las condiciones de la demanda.
  • Las industrias conexas y de apoyo.
  • La estrategia, estructura y rivalidad de las empresas.

 

Las diferentes combinaciones que puedan surgir de estos atributos son los que determinan si una empresa en un caso exitoso de competitividad o no, las combinaciones efectivas a innovación, crecimiento, niveles de eficiencia cada vez superiores, etc.

¿Qué elementos se deben tener en cuenta para el análisis?

Para saber si una empresa es competitiva o no, se deben realizar un análisis de competitividad, en el cual se tienen diferentes aspectos. En primer lugar, se debe evaluar el nivel en el que se encuentra la empresa, con respecto a las dimensiones de la competitividad, interna y externa. En segundo lugar, toda organización cuenta con factores claves de competitividad (tangibles y no tangibles) de carácter externo e interno.

Factores tangibles externos pueden ser, PBI, la inflación, etc.

Factores intangibles externos pueden ser, internacionalización, innovación, etc.

En tercer lugar, se encuentran las fuentes de ventajas competitivas, que hacen referencia a las condiciones estructurales y políticas, si son externas a la organización y a las condiciones competitivas y estratégicas si conciernen a los procesos internos. Una vez que estén identificadas las fuentes, se pueden pasar a definir la naturaleza de los agentes que intervienen en la competitividad de una empresa y dejan una radiografía de la organización en ese momento, permitiendo reformar o cambiar los aspectos que sean necesarios para alcanzar mayores niveles de competitividad.

Un claro ejemplo de competitividad es cuando las empresas se diferencian de sus pares, si ofrecen lo mismo no son competitivos, diferenciarse en el campo de ofrecer productos  o brindar servicios. Cambiar modelos, colores, lograr formar un paquete más atractivo, que los similares ofrecidos por la competencia.

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