22 diciembre, 2024

Desde siempre y de una forma u otra las personas adultas han aprendido. De hecho, desde la antigüedad hasta la época actual la demanda educativa de la población adulta va creciendo geométricamente. El presente módulo pretende justificar este hecho y analizar los tres marcos teórico-prácticos que fundamentan, desde un punto de vista pedagógico, la educación de las personas adultas: la educación permanente, la andragogía y el modelo social. El objetivo último es acercarnos a un sistema específico de enseñanza y aprendizaje de las personas adultas que se adecue a sus propias características e intereses.
La educación de personas adultas comprende un amplio abanico de prácticas diversas. Quizás la definición que en este momento refleja esta diversidad y que en el momento actual goza de una mayor aceptación es la ofrecida por la UNESCO en su XIX Asamblea General celebrada el año 1976 en Nairobi (Kenia). Dice así: La expresión educación de adultos designa la totalidad de los procesos organizados de educación, sea cual sea el contenido, el nivel y el método, sean formales o no formales, ya sea que prolonguen o reemplacen la educación inicial dispensada en las escuelas y universidades, y en forma de aprendizaje profesional, gracias a los cuales, las personas consideradas como adultos por la sociedad a la que pertenecen, desarrollan sus aptitudes, enriquecen sus conocimientos, mejoran sus competencias técnicas o profesionales o les da una nueva orientación, y hacen evolucionar sus actitudes o su comportamiento en la doble perspectiva de un enriquecimiento integral del hombre y una participación en un desarrollo socioeconómico y cultural equilibrado e independiente. Como puede constatarse, además de ser una definición larga, es una definición que implica muchas modalidades (formal o no formal), pretende diferentes objetivos (compensar, reemplazar o prolongar los aprendizajes iniciales), se dirige a diferentes dimensiones de la persona (conocimientos, competencias, actitudes) y de la realidad social (desarrollo socioeconómico y cultural). Si además de definir tuviéramos que describir cómo se hace habría que tener en cuenta también otros elementos como, por ejemplo, los diferentes agentes que intervienen (profesores, animadores, orientadores…) metodología (expansiva, extensiva, descendente, ascendente, creativa…), necesidades o demandas de los participantes (alfabetización, aprendizaje de idiomas, acceso a estudios superiores, acceso a un puesto de trabajo, mantenimiento del puesto de trabajo, participación social, aprendizaje de habilidades sociales, control y desarrollo de las emociones …). Justificar los fundamentos de todas estas actividades es el objetivo de esta unidad didáctica.
La especie humana se ha interesado desde el principio por la educación de adultos. En las sociedades primitivas toda la gente aprendía por inmersión en la vida y en las relaciones sociales. Sólo cuando las comunidades comienzan a diversificarse y necesitan estructuras de convivencia más complejas, aparecen funciones específicas desempeñadas por grupos de «profesionales» especializados. Así ocurre con los distintos oficios y también con la educación. Los primeros educadores y grandes maestros de la antigüedad (Confucio y Lao Tse en China, los profetas de la Biblia, Sócrates en Grecia, Cicerón y Quintiliano en Roma) no diferenciaban entre la enseñanza a los niños y a los adultos. La experiencia de estos maestros estaba inserta en una enseñanza muy centrada en las inquietudes, preguntas y problemas de los participantes, la mayoría de ellos adultos.
Muchas de las técnicas de aprendizaje que ahora nos parecen recién descubiertas ya las practicaron estos antiguos maestros: los chinos y los hebreos inventaron el método del caso que consistía en comenzar con la descripción de una situación; los profetas eran muy partidarios de explicar mediante parábolas, una manera alegórica de describir minuciosamente una situación «problemática» con el fin de buscar una solución; los diálogos socráticos fueron inventados en Grecia y consistían en enlazar una serie de preguntas con vistas a encontrar alguna respuesta. En términos generales, estas metodologías eran todas ellas muy activas, estaban ligadas a la vida cotidiana y estaban orientadas a participar en la construcción de un determinado saber más que a la recepción pasiva de la enseñanza. En nuestra cultura occidental las escuelas específicas para niños existían en Grecia y en Roma. De ahí viene la palabra pedagogo. La persona que acompañaba a los niños al maestro o a la escuela. En el siglo VII, la enseñanza de niños ya está muy estructurada en las denominadas escuelas monacales que, en principio, pretendían formar a los adolescentes para el sacerdocio. Son escuelas religiosas cuya primera misión era inculcar a los alumnos, todos ellos niños o jóvenes, las creencias, la fe y los ritos de la Iglesia y enseñarles, además las habilidades literarias que serían necesarias para desempeñar las tareas monásticas. Este modelo pedagógico de enseñanza.
A partir del siglo XVII, algunos pedagogos y políticos comenzaron a justificar la necesidad de abrir las instituciones de enseñanza literaria de la «gran tradición» a los adultos. Comenio, en el siglo XVII, difunde un sistema de educación a todos e imagina en su Pampedia diferentes modelos de escuelas dirigidas no solamente a las primeras etapas vitales sino a lo largo de toda la vida, desde la cuna hasta la muerte.

  • Así expresa Comenio la necesidad de abrir escuelas para adultos: «Deseamos que puedan ser instruidos plenamente y acceder así a la completa humanidad , no solamente un hombre, algunos hombres o muchos hombres, sino todos los hombres en conjunto y cada unos por sí mismo, jóvenes y viejos, ricos y pobres, nobles trabajadores, hombres y mujeres, sí, cada ser humano. Para que al fin todo el género humano sea instruido, sea cual sea su edad, su estado, su sexo, su nacionalidad… De la misma manera que el mundo entero es para todo el género humano una escuela, desde el comienzo hasta el fin de los tiempos, así también la edad de cada hombre es su escuela desde la cuna hasta la tumba … Cada edad esta destinada a aprender, y las mismas fronteras que se imponen al hombre para vivir son las que se imponen para que aprenda». (Jean Amos Comenio 1592-1670.

EN LA EPOCA DE COMENIO SOLO LA REALEZA TENIA POSIBILIDAD DE LEER Y EDTUDIAR LOS LIBROS SAGRADOS ; PERO CON LA APARICIÓN DE LA IMPRENTA LOGRO IMPLEMENTAR SUS IDEALES : EDUCACIÓN UNIVERSAL QUE LA MISMA TUVIERA UN ORDEN Y UN METODO ; ( EL APRENDIZ DEBIA EDTUDIAR DE FACIL A DIFICIL Y SE DIFICULTABA SEGÚN LA EDAD DEL APRENDIZ) . ESTE APORTE DE COMENIO SIGUE UTILIZANDOSE EN LA ACTUALIDAD. 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *