Antes que nada, veamos que significa la calidad total. El Total Quality Management (TQM), o Gestión de la calidad total, consiste en integrar la calidad en todos los procesos de la organización. Este sistema TQM sirve para ayudar a la organización a conseguir el máximo de eficiencia y flexibilidad en todos sus procesos.
Lo que se pretende es obtener beneficios para todos los miembros dentro de la organización, por ello no se basa únicamente en la idea de vender un producto sino en ampliar el abanico de acción, introduciendo aspectos como la mejora de condiciones de trabajo, formación del personal, etc.
La Gestión de la calidad total establece unos principios básicos para poder implementarla en una organización. Estos son: la calidad es lo primero, el cliente como una prioridad, tratar de tomar decisiones justificadas mediante hechos y datos, hacer una priorización de actividades, control en origen de la actividad y tener un trato respetuoso hacia las personas. Al implantar un sistema de calidad se consiguen resultados tales como:
- Aumento en la satisfacción del cliente
- Trabajo interno de la empresa más eficaz
- Incremento de la productividad
- Mayores beneficios.
- Menores costos.
- Mayor calidad en los productos elaborados.
La calidad de un producto es, por tanto, una consecuencia de cómo una empresa está organizada.
Entonces, como conclusión, podemos decir que la competitividad de una empresa y la satisfacción del cliente están determinadas por el precio, calidad de producto y calidad de servicio, esto hace que la calidad destaque a una empresa de la competencia y puede ser un factor que determine una ventaja competitiva importante. La calidad representa el enfoque de la empresa en la administración de la calidad para lograr la mejora continua y satisfacer la demanda de los clientes por la calidad