9 noviembre, 2024

Lo atrapante del término “under” es, a mi entender, su resignificación constante. Ese ser permeable a diversos análisis permite generar una visión más universal de lo que pasa en el mundo del arte “underground”. En este cambio y descubrimiento permanente de lo alternativo, el arte audiovisual regional pisa con fuerza el escenario nacional e internacional dejando huellas importantes en un suelo a veces árido.

Ante el difícil contexto que atraviesa la producción audiovisual argentina y casi olvidado por la vorágine de la actividad porteña, el movimiento y producción regional imprime en sus obras características y matices de la idiosincrasia local. Inequívocamente, nos invita completar el imaginario social de nuestra historia…

“Nosotros somos bien, bien, under y por ahí decimos cosas que no todo el mundo quiere escuchar (…) siento que el momento cultural de Tucumán es bastante fuerte (…) siento que hay una explosión cultural, una movida grande que reivindica la identidad del tucumano, de tucumán y de la región”, analiza Gastón Bejas.

Gastón es de Tucumán, un coterráneo para mí, integrante de la Asociación Civil de Trabajadores Audiovisuales de Tucumán y junto a Joaquín Alonso, director y guionista de “La escondida”. Cortometraje que hoy compite en la VII Edición del Festival Iberoamericano de Cortometrajes ABC-FIBABC, organizado por el Diario ABC de Madrid, España y que se podrá ver online hasta el 19 de abril en http://fibabc.abc.es/videos/escondida-7001.html 

El corto se sitúa en Manuela de Pedraza, Simoca – un departamento del interior de Tucumán – durante los años  70’s, años de la última dictadura cívico-militar Argentina. Narra la historia de la familia Arancibia y Avellaneda; dos familias tucumanas listas para exiliarse a Venezuela. Más en detalle, cuenta la historia de chicos, de pre- adolescentes “en una cotidianeidad no tan cotidiana”, reflexiona Bejas.

Si bien la obra ya fue premiada (Festival Latinoamericano de Cortometrajes-Cortala) Gastón explica que no esperaban ni pensaban en este festival en particular. Haciendo hincapié en lo complejo que resulta llevar adelante una producción del interior en el  entorno sociocultural actual, relata entre risas, “nos presentamos en todos los festivales gratuitos que hay”. Y es que, si bien surgió como la tesis de Licenciatura de Cine, video y Tv de la Escuela de cine de la UNT, el equipo (actores, actrices, producción, cámara, asistentes, etc) tomo con muchísima responsabilidad el asunto.

Me cuenta que no tuvieron ayuda externa, que entre las personas que participaron del proyecto, la Escuela de Cine y la APDH Tucumán, trabajaron a pulmón. Entiende que forma parte de una movida importante dentro de la provincia y por eso no se despega del plural. El corto, entonces, se circunscribe dentro de este vórtice del cine/documental regional entrelazado con la historia y contemporáneo a temas de la realidad nacional, y tucumana sobre todo.

“Decime idealista pero el cine, para mi, es un medio para transformar la realidad (…) por eso elegimos este tema, porque nos atraviesa en forma contemporánea (…) porque queremos reivindicar los nuestro (…)y también por la historia familiar de Joaquín  expresa el director ante mi curiosidad por el período histórico elegido.

Esa concepción transformadora de lo audiovisual hace que “La escondida” tenga una connotación política fuerte. Sin embargo, la alusión que hace a la historia familiar de su compañero Joaquín, deja ver que hubo también un proceso de profundo entendimiento emocional dentro de cada integrante del corto.

Los actores y actrices, a los que suma las familias de Aureliano y Olivia (protagonistas de la breve historia de amor adolescente) y nosotros (los guionistas) «leímos un montón» y nos preparamos muchísimo, agrega.

No hay elecciones inocentes. Desde los apellidos hasta la omisión musical están pensados en un marco de simbolismos, historia, cine y literatura. Contar, como detalle no menor que, la casa donde se grabó gran parte del corto pertenece a la familia Soldati. Allí, durante la última dictadura, secuestraron a Luis Alberto, hermano de quien hoy cuida la casa, Carlos.

«La escondida» no tiene fechas, descripción de espacios, ni voz en off explicando el contexto. Es una construcción que va hilándose a medida que transcurren los minutos. «Creo en el poder de la imagen como un disparador», dice Bejas,(…)nosotros tenemos nuestra narrativa, pero de ahí en más…»

La obra interpela e interviene en una herida de la historia que se re abre para aprender y abrazarse al Nunca Más. A través del mundo de la niñez y adolescencia más que de los adultos, deja plasmado la irrupción de un contexto dictatorial en todos los espacios de una vida.

La charla con Gastón duró casi dos horas y fueron muchos los detalles que, por una cuestión editorial, no entraron en la nota…Sin embargo, en este viaje a una especie de re apertura del «nuevo cine argentino» de los años 60 y de la mano de un regionalismo latente, me animo a adherir a la re-significación de «under» de una colega neuquina…

«(…) entonces «Under», se re-significa en un nuevo movimiento de artistas independientes de fuerzas externas (…) auténticos en su hacer pero que utilizan los instrumentos que la modernidad les brinda para su actividad…»

a lo que agrego, una actividad que explota el poder de la imagen, para transformar la realidad.

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