2 diciembre, 2024

Recordaba mi infancia cuando vivíamos en la casita de Villa Adelina, era un chalecito pequeño, que tenía un dormitorio donde dormían mis viejos con mi hermanita menor, y yo, dormía en la cocina comedor.
Éramos una familia muy feliz, mi padre Francisco Campanelli, era italiano y como muchos inmigrantes europeos llego a la argentina por el año 50 teniendo 20 años con mi madre Antonia escapando de la miseria que había dejado la guerra.
Por los años 70 papá hacía ya 10 años que trabajaba en una fábrica muy prospera de un paisano, «Pascual Spegazzino e hijos», sociedad de hecho, fabricaban ropa de campo y borceguíes. Trabajaban unos treinta operarios, todos muy trabajadores y muy buenas personas.
Yo tendría aproximadamente nueve años y conservo las imágenes de mi madre a las 4:30 de la mañana sirviéndole el desayuno con pan del día anterior tostado con manteca y preparándole la vianda con el almuerzo. Mi padre era analfabeto pero eso no le impidió poner el máximo esfuerzo para que a la familia no le falte nada, salía siempre a la 5 a.m. para tomar el colectivo; entraba a las 6 y trabajaba diez horas diarias.
Normalmente llegaba siempre a casa a las 17 horas; pero un día llego mas tarde, a las 18; no tenía buena cara, yo estaba haciendo la terea del colegio y la vi a mamá decirle vamos a la pieza a charlar.
Lo que sucedía era que la empresa no andaba bien, Pascual era un hombre muy bueno y trabajaba a la par de sus empleados pero no tenía mucha educación, por eso dejaba a sus hijos Sebastián de 26 años y Guillermo de 28, que dirijan la administración de la empresa y en honor a la verdad no eran trigo limpio, y dilapidaron los recursos de la fabrica en opulencias; tenían deudas con los proveedores muy cuantiosas, al grado de que Pascual si no encontraba una solución, podría perder la empresa, sus bienes personales, su casa y mi padre su trabajo.
La figura de la sociedad de hecho tienen la particularidad de ser simples en su constitución; pero riesgosa por su responsabilidad ilimitada y solidaria de sus socios.
A partir del Código Civil y Comercial modificado en 2015 Ley 26.994 hay importantes cambios.
Después de no mucho tiempo los acreedores le pidieron «la quiebra» judicialmente para Pascual Spegazzino.
Una quiebra o bancarrota es una situación jurídica en la que una persona (física), empresa o institución (personas jurídicas) no puede hacer frente a los pagos (pasivo exigible), porque estos son superiores a sus recursos disponibles (activos). Se procede a un juicio de quiebras o procedimiento concursal. El fallido o responsable queda inhabilitado de administrar sus bienes
La deuda insumía tener que vender gran parte de las maquinas de la empresa, parte de la materia prima que no se había sido procesada, vehículos y propiedades, por suerte en la quiebra estaba eximida su vivienda.
El asunto que no podía seguir operando con la fábrica que con tanto sacrificio había desarrollado durante tantos años.
Después de no mucho tiempo los acreedores le pidieron «la quiebra» judicialmente para Pascual Spegezzino.
La deuda insumía tener que vender gran parte de las maquinas de la empresa, parte de la materia prima que no se había sido procesada, vehículos y propiedades, por suerte en la quiebra estaba eximida su vivienda.
El asunto es que no podía seguir operando con la fábrica que con tanto sacrificio había construido y desarrollado durante tantos años.
Pascual reunió a todos sus empleados, les pidió perdón y les explico con dolor que no podía continuar con la empresa pero que iba a vender todo lo que le quedaba para dárselos a ellos.
Cierto día se reunieron todos los compañeros en el fondo de mi casa porque Luis, el hijo de uno de ellos que era abogado les sugirió, ya que se llevaban tan bien porque no formaban una cooperativa de trabajo, donde todos pongan capital y esfuerzo por un beneficio en común, y sacar adelante a la empresa manteniendo las fuentes de trabajo.
Y ¿cómo se hace? Preguntaron; entonces Luis les explico:
Es una forma diferente de empresa, basada en los 7 principios cooperativos.
Una cooperativa de trabajo (Ley 20.337) tiene por objeto proporcionar a sus socios puestos de trabajo, mediante su esfuerzo personal y directo, a través de la organización común de la producción de bienes o servicios y también para terceros, representan un modelo de empresa en la que los objetivos económicos y empresariales se integran con otros de carácter social. Se consigue, así, un crecimiento económico basado en el empleo, la equidad social y la igualdad.
Como toda empresa, la cooperativa busca obtener rentabilidad por la actividad realizada. Pero, además, la fórmula cooperativa te ofrece una serie de ventajas:
-Es un empleo estable: los socios se unen para satisfacer sus necesidades de trabajo en las mejores condiciones posibles.
-Las personas y el valor del trabajo están por encima del capital aportado. Es una organización democrática donde las decisiones se toman de manera igualitaria.
-Los trabajadores son al mismo tiempo propietarios y gestores de la cooperativa. Por eso existe mayor motivación e identificación con la empresa y su futuro.
-Tienen un solo voto por cada integrante
-Los excedentes de lo producido es usado para mejorar los servicios sociales en salud, educación, etc.
Corroboraron que con las materias primas que quedaban junto a algunas maquinas y herramientas podían comenzar, lo fueron a ver a Pascual y le dijeron que querían que el este incluido en el emprendimiento, que no venda nada de lo que le quedase y que con esfuerzo de todos iban a salir adelante. Se presentaron ante el Juez ejecutor de la quiebra y le presentaron la propuesta; después de algún tiempo y varias cuestiones administrativas lograron poner en marcha la fábrica y por muchos años.

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