24 diciembre, 2024

Mediación como una alternativa eficaz para resolución de conflictos.

La mediación es un medio para resolver diferencias basado en la participación y colaboración de los intervinientes, quienes tendrán la posibilidad de pensar y elegir alternativas para acordar sin necesidad de recurrir a la decisión impuesta por un juez. Por lo tanto se alienta a la autodeterminación y a las soluciones creativas.

La mediación promueve el protagonismo de las partes involucradas, negociando según sus propios intereses y apoderándose de la situación sin delegar el control a un tercero (arbitraje).

Las 9 etapas de la Mediación

El cómo utilizar la mediación para resolver conflictos en las organizaciones según Floyer, A. (1993)

  • Etapa 1:

Preparación

(Diseñar el proceso de mediación)

  • Etapa 2:

Alrededor de la mesa de negociaciones

(Reunir a las partes en conflicto)

  • Etapa 3:

El “abogado del diablo” 

(Interviene el mediador)

  • Etapa 4:

El desahogo

(Ayudar a las partes a comunicarse)

  • Etapa 5:

Del caos al orden

(Crear clima)

  • Etapa 6:

Entonces, ¿qué es lo que realmente desea? 

(Establecer los intereses y las necesidades)

  • Etapa 7:

Derribar las barreras

(Generar ideas para resolver los problemas)

  • Etapa 8:

Poner en práctica esas ideas

(Elaborar la propuesta correcta)

  • Etapa 9:

Ponerlo por escrito.

(Formalizar el acuerdo).

 

Tareas básicas del mediador

El “Institute for Dispute Resolution”, Pepperdine University, California; en su programa de capacitación en mediación establece como tareas básicas del mediador:

  • Controlar el proceso, y emplear para ello tácticas adecuadas
  • Registrar los antecedentes de las negociaciones de cada caso.
  • Asegurarse de que las partes estén autorizadas para negociar y adoptar acuerdos.
  • Verificar la realidad de los hechos alegados por las partes.
  • Determinar un espacio o área en la que el acuerdo sería posible.
  • Revisar las ventajas del acuerdo, en cuanto a su certeza, inmediatez, economía, privacidad y control de su ejecución.

También, dicha institución establece una clara distinción entre lo que “debe” y lo que “no debe” hacer el mediador. Entre los “debe” del mediador destaca los siguientes:

  • Desarrollar una exposición inicial.
  • Tomar notas de las explicaciones y/o alegatos de las partes.
  • Escuchar atentamente.
  • Formular preguntas para identificar los temas, teniendo la precaución de no aparecer como parcial.
  • Asumir la buena fe e intención de las partes en sus preguntas y comentarios.
  • Permitir que las partes presenten todos sus argumentos.
  • Evaluar el caso sólo durante la reunión con las partes por separado o “caucus”, y bajo términos que limiten la apariencia de parcialidad.
  • Expresar empatía.
  • Apuntar soluciones, alentar la creatividad y sugerir opciones que satisfagan los intereses de ambas partes.
  • Ser paciente, pues en muchas ocasiones las partes están atrincherados en sus posiciones y necesitan tiempo para replantear su pensamiento.
  • Observar los estilos de negociación, señalando a las partes como superar estilos agresivos.
  • Mantener el impulso de la negociación.

El mediador juega muchos roles en el proceso de mediación: moderador, maestro de ceremonias, persuasor, creador de acuerdos. Permite además que las partes examinen el conflicto desde diferentes puntos de vista, ayuda a definir las cuestiones y los intereses básicos, y explora opciones que puedan ser mutuamente satisfactorias para las partes.

Entonces, si el mediador quiere que la mediación culmine con éxito que asumir tareas básicas como; convocar a las partes que están en conflicto y conseguir que negocien de buena fe, evaluar el conflicto a fin de identificar los intereses de cada una de las partes, facilitar la comunicación entre ellas, generar alternativas y opciones, y alentar a las partes a asumir los riesgos precisos para dejar atrás el conflicto.

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