Mediación como una alternativa eficaz para resolución de conflictos.
La mediación es un medio para resolver diferencias basado en la participación y colaboración de los intervinientes, quienes tendrán la posibilidad de pensar y elegir alternativas para acordar sin necesidad de recurrir a la decisión impuesta por un juez. Por lo tanto se alienta a la autodeterminación y a las soluciones creativas.
La mediación promueve el protagonismo de las partes involucradas, negociando según sus propios intereses y apoderándose de la situación sin delegar el control a un tercero (arbitraje).
Las 9 etapas de la Mediación
El cómo utilizar la mediación para resolver conflictos en las organizaciones según Floyer, A. (1993)
- Etapa 1:
Preparación
(Diseñar el proceso de mediación)
- Etapa 2:
Alrededor de la mesa de negociaciones
(Reunir a las partes en conflicto)
- Etapa 3:
El “abogado del diablo”
(Interviene el mediador)
- Etapa 4:
El desahogo
(Ayudar a las partes a comunicarse)
- Etapa 5:
Del caos al orden
(Crear clima)
- Etapa 6:
Entonces, ¿qué es lo que realmente desea?
(Establecer los intereses y las necesidades)
- Etapa 7:
Derribar las barreras
(Generar ideas para resolver los problemas)
- Etapa 8:
Poner en práctica esas ideas
(Elaborar la propuesta correcta)
- Etapa 9:
Ponerlo por escrito.
(Formalizar el acuerdo).
Tareas básicas del mediador
El “Institute for Dispute Resolution”, Pepperdine University, California; en su programa de capacitación en mediación establece como tareas básicas del mediador:
- Controlar el proceso, y emplear para ello tácticas adecuadas
- Registrar los antecedentes de las negociaciones de cada caso.
- Asegurarse de que las partes estén autorizadas para negociar y adoptar acuerdos.
- Verificar la realidad de los hechos alegados por las partes.
- Determinar un espacio o área en la que el acuerdo sería posible.
- Revisar las ventajas del acuerdo, en cuanto a su certeza, inmediatez, economía, privacidad y control de su ejecución.
También, dicha institución establece una clara distinción entre lo que “debe” y lo que “no debe” hacer el mediador. Entre los “debe” del mediador destaca los siguientes:
- Desarrollar una exposición inicial.
- Tomar notas de las explicaciones y/o alegatos de las partes.
- Escuchar atentamente.
- Formular preguntas para identificar los temas, teniendo la precaución de no aparecer como parcial.
- Asumir la buena fe e intención de las partes en sus preguntas y comentarios.
- Permitir que las partes presenten todos sus argumentos.
- Evaluar el caso sólo durante la reunión con las partes por separado o “caucus”, y bajo términos que limiten la apariencia de parcialidad.
- Expresar empatía.
- Apuntar soluciones, alentar la creatividad y sugerir opciones que satisfagan los intereses de ambas partes.
- Ser paciente, pues en muchas ocasiones las partes están atrincherados en sus posiciones y necesitan tiempo para replantear su pensamiento.
- Observar los estilos de negociación, señalando a las partes como superar estilos agresivos.
- Mantener el impulso de la negociación.
El mediador juega muchos roles en el proceso de mediación: moderador, maestro de ceremonias, persuasor, creador de acuerdos. Permite además que las partes examinen el conflicto desde diferentes puntos de vista, ayuda a definir las cuestiones y los intereses básicos, y explora opciones que puedan ser mutuamente satisfactorias para las partes.
Entonces, si el mediador quiere que la mediación culmine con éxito que asumir tareas básicas como; convocar a las partes que están en conflicto y conseguir que negocien de buena fe, evaluar el conflicto a fin de identificar los intereses de cada una de las partes, facilitar la comunicación entre ellas, generar alternativas y opciones, y alentar a las partes a asumir los riesgos precisos para dejar atrás el conflicto.