Las empresas del Alto valle de Rio Negro, colocan a nuestro país en la quinta posición de exportadores de manzanas a nivel mundial, las mismas apostaron a un negocio que consiste principalmente en ubicar los competidores mundiales para evitar que los mismos no alcancen una posición dominante en primer término. En tal sentido Argentina compite con Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda y sus compradores principales son Europa y Brasil.
Nuestro país es el mayor productor de manzanas del Hemisferio Sur y produce 1,8 millones de toneladas, distribuido casi por partes iguales. El área productiva representa 50.000 hectáreas implantadas con frutales, 85% en Río Negro, esto es significativo al contar con un clima continental, templado y árido. También, se han registrado 239 establecimientos frigoríficos y 273 galpones de empaque, lo cual solo el 77% están habilitados para el mercado interno y la exportación. Este segmento productivo lidera las exportaciones de la manzana.
Lo que se destaca de los complejos es que las plantas frigoríficas utilizan distintos tipos de tecnología, como la del frío convencional que regula la temperatura, humedad y velocidad del aire y permite que la fruta pueda ser almacenada entre 6 y 9 meses. Y la atmósfera controlada que además de poseer las características técnicas del anterior sistema, controla el oxígeno y el dióxido de carbono donde la fruta puede almacenarse durante 12 meses.
Dentro de la cadena de producción que va desde el cultivo de la fruta en el huerto hasta la presentación del producto final en el mercado exterior, la empresa exportadora se encuentra en la situación privilegiada para negociar las condiciones con el comprador. Lo esencial es establecer un control desde la producción hasta la exportación del producto. Este logro se sustenta en la cercanía de área de producción; haciendo grandes inversiones; en la apertura de nuevos mercados; el crecimiento de las cosechas a través de un eficiente y ágil manejo de volúmenes, lo que bajó los costos de trasladados en toda la cadena productiva; empresas de servicios radicadas en la zona; capacitación y mano de obra especializada.
De esta manera, se fortalece la negociación comercial generando pautas contractuales y tratando de alcanzar el sistema de información integral para que todos los agentes intervinientes tengan acceso a ella. Gracias a ello se frenan las asimetrías entre los distintos eslabones de la cadena y las desigualdades en el acceso a la información, teniendo comunicación constante con los clientes para generar empatía sobre los mismos y ser líderes en el rubro.
Mauricio Chaves