28 diciembre, 2024

El origen del comercio en el mundo se da en el momento en el que se descubre la agricultura viéndola desde la perspectiva comercial, ya que al principio la agricultura se practicaba solo para el sustento del ser humano, pero en el momento que se incorporaron nuevas fuerzas o “tecnologías” se obtenían mas y mas cosechas que no solo servían para el sustento, si no que abrió las puertas al comercio, debido a que las personas tenían más tiempo para dedicarse a otras actividades.

Por lo tanto el excedente que quedaba de las cosechas, comenzó a ser intercambiado por otros objetos que ofrecían otras comunidades y fue allí donde nació el Trueque. Este comercio inicial, consistía en el intercambio de mercancías del mismo valor no solo permitió el intercambio de mercancía, si no de innovación y tecnología. Debido a que en algunas ocasiones las necesidades de algunos de los individuos que participaban en el trueque no eran las mismas que las del otro individuo, surgió la necesidad de crear un medio de intercambio y fue allí donde nació la moneda.

Mucho después, a mediados de la edad media, se fueron creando rutas de comercio transcontinentales, las cuales satisfacían las demandas de los europeos, a este intercambio se le conocía como comercio directo.

En los siglos XII-XIII, los Caballeros Templarios crearon una moderna y nueva estructura financiera, por medio de pagarés y letras de cambio, en las que se ofrecía el transporte del dinero, ingresar y retirar dinero incluso en ciudades diferentes, las cuales se convirtieron en una forma primitiva de Banco. Debido a la guerra de la Edad Media, las rutas que se habían establecido anteriormente, se vieron bloqueadas y surgió la necesidad de crear nuevas rutas, lo cual impulso a los europeos a la era del descubrimiento, en la cual descubrieron tierras fértiles y por ende nuevas rutas.

COMERCIO INTERNACIONAL

El comercio internacional es importante en la medida que contribuye a aumentar la riqueza de los países y de sus pueblos, riqueza que medimos a través del indicador de la producción de bienes y servicios que un país genera anualmente (PIB). Sobre la base de esta convicción se ha defendido la libertad de comercio como un instrumento que permite lograr un objetivo que podemos considerar universal: la mejora de las condiciones de vida

y de trabajo de la población mundial que está íntimamente relacionada con la renta económica generada y con su distribución.

Esta creencia, sin embargo, no ha sido ni compartida por todos los países ni, sobre todo, aplicada. Por el contrario, el enfoque que más ha prevalecido en la historia económica de los últimos tres siglos ha sido el de limitar y regular los flujos de comercio en función de los diferentes intereses económicos, políticos y sociales de los estados. El grado de intervención y limitación de los intercambios comerciales ha ido variando a lo largo del tiempo, como después analizaremos, pero alcanzó su punto álgido en los años treinta cuando la economía internacional experimentó una de sus peores crisis. Precisamente, para evitar que estos episodios de deterioro en las relaciones económicas internacionales se repitieran, el diseño del orden económico internacional de la posguerra apostó, claramente, por una liberalización del comercio internacional como medio para que la producción y el bienestar de todos los países aumentaran. A pesar de ello, este proceso de liberalización del comercio no ha sido automático ni generalizado. Por el contrario, ha requerido de la voluntad política de los países que, progresivamente, han ido aceptando que un comercio libre reporta beneficios para la comunidad internacional.

La importancia del comercio internacional se puede medir por el volumen de mercancía exportada, que ha ido creciendo en cantidad absoluta y respecto a la producción doméstica, y por el grado de interdependencia de las economías mundiales. Además, el comercio internacional es un sustituto a la movilidad de los recursos. Finalmente, también afecta a los precios internos, al nivel de empleo, y a todas las acciones políticas del gobierno en materia doméstica.

Origen Del Comercio Internacional:

El origen se encuentra en el intercambio de riquezas o productos de países tropicales por productos de zonas templadas o frías. Conforme se fueron sucediendo las mejoras en el sistema de transporte y los efectos del industrialismo fueron mayores, el comercio internacional fue cada vez mayor debido al incremento de las corrientes de capital y servicios en las zonas más atrasadas en su desarrollo.

Los Orígenes del Comercio Internacional Moderno:

Aunque el comercio internacional siempre ha sido importante, a partir del siglo XVI empezó a adquirir mayor relevancia con la creación de los imperios coloniales Europeos, el comercio se convierte en un instrumento de política imperialista. La riqueza de un país

se media en función a la cantidad de metales preciosos que tuviera, sobre todo oro y plata. El objetivo de un imperio era conseguir cuanta más riqueza mejor al menor coste posible. Esta concepción del papel del comercio internacional, conocida como mercantilismo, predomino durante los siglos XVI y XVII.

El comercio internacional empezó a mostrar las características actuales con la aparición de los estados nacionales durante los siglos XVII y XVIII. Los dirigentes descubrieron que al promocionar el comercio exterior podrían aumentar la riqueza y, por lo tanto, el poder de su país. Durante este periodo aparecieron nuevas teorías económicas relacionadas con el comercio internacional.

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