LA SATISFACCION EMOCIONAL Y SU INCIDENCIA EN LA PRODUCCION LABORAL

A menudo, en las relaciones humanas, es objeto de estudio la importancia que tienen los salarios en la producción del trabajo; sin embargo, se omite el papel central que juega en la producción la satisfacción emocional del trabajador. Cada empresa es un mundo y tiene su propio funcionamiento en cuanto a las relaciones humanas entre pares, jefes y subalternos, pero cabe destacar que el alma de la productividad en una entidad es un empleado protegido, saludable, contento, contenido y satisfecho en su entorno ya que esto es imprescindible para un individuo laborioso, atento y eficaz.  Tomando como ejemplo el concejo de ponerse la camiseta, cabe destacar que el empleado es la cara visible de la empresa; si los pagos mensuales son a destiempo, no habla bien de la imagen de dicha entidad, cuando un empleado trabaja ocho días de corrido o dos semanas antes de un franco, en turnos  rotativos u horas extras con remuneración inferior a la adecuada, simplemente se estresa; un empleado que descansa menos de ocho horas entre jornada y jornada laboral, no provee de tiempo libre, ni siquiera para disfrutar a su familia; por ende, ese individuo aunque quiera es imposible que responda al ritmo requerido, a las exigencias de sus labores; es imprudente pretender que un empleado en esas condiciones se ponga la camiseta de la empresa, pero aun así sucede; lejos del antiguo feudalismo, todavía hay individuos que aceptan sumisos los requerimientos de la entidad, que no le importa que su imagen sea negativa porque sigue recaudando y sinceramente hay que tomar conciencia, el descontento laboral genera estrés, factor que provoca malestar individual y grupal en el medio laboral, traspasando el limite de tolerancia y llegando a los hogares, al seno de la familia e intoxicando todo alrededor; un salario justo y acorde a la labor realizada debe ser acompañado por la contención  emocional y reconocimiento justo de un verdadero líder a sus empleados; porque un empleado contento, incentivado y satisfecho, es la mejor carta de presentación de una empresa.