23 noviembre, 2024

lider-jefe

Primero, definamos conceptos. “Jefe” se define como la persona que tiene autoridad o poder sobre un grupo para dirigir su trabajo o sus actividades.

En cambio, «Líder» es aquella persona que encabeza y dirige un grupo o movimiento social, político, etc. En principio, la diferencia está clara. Pero en el día a día, muchas son las actitudes que pueden hacer que una persona entre en el perfil de líder, o de jefe. Nos proponemos señalar los diez factores más importantes dentro de las organizaciones, puesto que si usted ocupa un cargo relevante en la toma de decisiones y dirige a un grupo humano, le conviene adoptar una posición de líder, para poder motivar y unir fuerzas en su organización.

Las 10 diferencias entre un jefe y un líder

  1. La percepción sobre su autoridad

Para un jefe al uso, la autoridad es un privilegio concedido por su puesto de mando. Para un buen líder, en cambio, la autoridad es un privilegio solo si es una herramienta útil para la organización. El jefe hace suya la máxima de “yo soy el que mando aquí”; mientras que el líder encuentra su inspiración en la frase “yo puedo ser útil aquí”. El jefe espolea al grupo y el buen líder se mantiene al frente, los guía y se compromete día a día.

  1. Imponer vs convencer

El jefe basa su influencia en la autoridad que dimana del cargo que ostenta. El líder se gana la simpatía y le voluntad de quienes le rodean. El jefe hace valer su posición dentro de la jerarquía, mientras que el líder cultiva y cuida su liderazgo cotidianamente. El jefe siente la necesidad de imponer su criterio, usando largos argumentos; el líder convence y ejemplifica, sus argumentos no buscan desterrar a los demás, sino construir conocimiento y plan de acción.

  1. Miedo vs confianza

El jefe infunde temor, miedo, suele amenazar, y su equipo recela de él, le ponen buena cara cuando está cerca pero le critican duramente cuando no está presente. El líder es una fuente de confianza, empodera a las personas, genera entusiasmo cuando trabaja, estimula al grupo reconociendo las buenas labores y el esfuerzo de sus miembros. El jefe precisa obediencia ciega, el líder persigue que la motivación impregne a todos. Si sientes miedo de tu superior, es un jefe corriente, si en cambo lo valoras y aprecias, tu superior es un líder.

  1. La gestión de los problemas

El jefe quiere señalar a quien ha cometido el error; implanta la creencia de buscar culpables. De este modo, abronca, castiga y grita si algo no sale bien, para advertir al culpable y al resto de personas. El líder sabe entender los errores y calmadamente reorienta la situación. No se encarga de señalar los errores ajenos ni de acusar a nadie, sino que busca solucionar el problema y ayudar a quien lo ha cometido a levantarse.

  1. Organización técnica vs organización creativa

El jefe distribuye las tareas y ordena, y se queda supervisando si sus órdenes están siendo seguidas a rajatabla. El líder estimula, aporta ejemplo, trabaja codo con codo con sus colaboradores, es coherente con lo que piensa, con lo que dice y con lo que hace. El jefe hace que las tareas sean una obligación, pero el líder sabe buscar la motivación en cada nuevo proyecto. El líder transmite ganas de vivir y de progresar.

  1. Órdenes vs pedagogía

El jefe conoce el funcionamiento de todo, el líder sabe hacer pedagogía de cada tarea, sabe enseñar. El primero recela de su secreto que le ha llevado al éxito, el segundo tutela decisivamente a las personas para que puedan desarrollarse y hasta superarle, El jefe organiza la producción, pero el líder les prepara para que alcancen todo su potencial.

  1. El grado de cercanía personal

El jefe se relaciona con su equipo de forma despersonalizada, como fichas de un tablero. El líder conoce personalmente a todos sus colaboradores, se interesa genuinamente por sus vidas, no los usa ni los cosifica. Es respetuoso con la personalidad de cada uno, defiende a las personas independientemente de su posición en la jerarquía.

  1. Esquemas cerrados vs esquemas abiertos y en constante desarrollo

El jefe dice “haz esto”, el líder dice “hagamos esto”. El jefe persigue la estabilidad, el líder promociona a sus colaboradores mediante el trabajo grupal y la formación de otros líderes. El líder es capaz de integrar el compromiso sincero de los que le rodean, diseña planes con fines claros y compartidos, contagia a los demás con su esperanza y determinación.

  1. Cumplir vs liderar

El jefe llega puntual, pero el líder siempre llega el primero. El jefe espera a los colaboradores sentado en su sillón, el líder sale a darles la bienvenida. El líder quiere mantener siempre su presencia como un guía del grupo e inspira compromiso, cordialidad y lealtad. El jefe se conforma con un desempeño aceptable de sus miembros, el líder quiere ver más allá y quiere que su grupo despunte.

  1. Poder vs inspiración

El jefe defiende con uñas y dientes su posición de autoridad; el líder hace que la gente normal se sienta extraordinaria. El jefe ansía la reverencia, pero el líder logra comprometer a su equipo en una misión que les permite superarse y trascender. El jefe quiere mantener sus privilegios; el líder dota de significado e inspiración a su trabajo su vida y la de los que le rodean

Conclusión:  Para romper con este paradigma del jefe, se debe especializar personas capaces de detectar actitudes y comportamientos de futuros líderes, dichas personas destinadas a la potenciación de las virtudes que se encuentran en individuos con la vocación para ser líderes.

Creo que se podrían formar sistemas empresariales en los cuales los líderes sean el corazón de la organización, con personas capaces de liderar grupos y potenciar en cada sector de una empresa para lograr un cambio que genere tanto ganancias como otros beneficios, como pueden ser el ahorro de tiempo o el mejoramiento de la producción.

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