Es esencial para nuestra vida actual el uso diario de minerales que proceden de la generación y también de la acumulación de hidrocarburos de manera natural, como son el petróleo y el gas natural.
La existencia natural de yacimientos de hidrocarburos, depende de que coincidan una serie de elementos geológicos como:
–La existencia de una roca madre, en la cual se hayan generado los hidrocarburos debido a la acumulación en gran medida de sedimentos orgánicos.
–Rocas que sirvan de almacén, cuya composición sea caliza o arenosas, de tipo porosa y bastante permeable, a donde lleguen los hidrocarburos que debido a la movilidad, migren desde la roca madre donde se hayan formado.
Quizás el transporte sea el principal problema de los hidrocarburos, pondremos por ejemplo el transporte marítimo, uno de los más utilizados.
–Una trampa donde puedan acumularse los hidrocarburos.
Cuando un hidrocarburo cae al agua, éste se esparce rápidamente debido a la gran diferencia de densidades entre el agua y el hidrocarburo líquido, por lo que llegan sin muchos problemas a ocupar inmensas áreas, que precisamente por la misma causa que se extiende, es bastante difícil proceder a su limpieza.
Este tipo de vertidos imposibilita el contacto tanto de la flora como de la fauna marina con la atmósfera, quedando aislados. Los hidrocarburos pueden incluso penetrar en la arena del subsuelo contaminando dicho ecosistema, y las reservas de agua dulce también se ven afectadas por las filtraciones.
Al mar se vierten anualmente entre 3 y 4 millones de toneladas de petróleo, por lo que las actividades de exploración y la explotación de los fondos del mar, se convierten en una grave fuente de contaminación.
También existe otro tipo de contaminación marina, que está provocada por los desechos vertidos por las industrias, que pueden llegar a estar en altas concentraciones.
En la atmósfera en cambio, la principal fuente de contaminación es el CO2, aunque hay muchos otros derivados de los hidrocarburos en forma de gas, también bastante perjudiciales. Algunos estudios han develado que un 85% del total de la contaminación atmosférica es debido al metano, un 9% a los alcanos, un 2,7% de alquenos, 1% de alquinos y un 2,3% de hidrocarburos aromáticos.
Por lo general, los hidrocarburos tienen poca toxicidad, pero su problema radica en la reactividad fotoquímica que tiene en presencia de la luz.
-Hidrocarburos oxigenados: Dentro de este grupo se incluyen compuestos como los alcoholes, aldehídos, cetonas, éteres, esteres, peróxidos, e incluso los ácidos orgánicos. Este tipo de hidrocarburos contaminan principalmente por su presencia en el aire, estrechamente ligada a la emisión del humo de los automóviles.
-El CO: Es el gas con más poder asfixiante para el sistema respiratorio, pues tiene gran afinidad por la hemoglobina de la sangre, pudiendo desoxigenando a los tejidos celulares. Este gas es producido por la combustión de tipo incompleta, del carbón y sus derivados, siendo una gran fuente de emisión los coches, aunque ciertas plantas, como las algas, también producen este gas en la naturaleza.
-CO2: la mayoría del CO2 tienen lugar a través de la respiración, sobre todo cuando productos fósiles como el petróleo y el carbón, entran en combustión. Este gas es utilizado en la fotosíntesis vegetal.
-Gases en general: Cuando los compuestos están formados por menos de 4 átomos de carbono, se dice que son gases, generalmente poseen la propiedad de ser asfixiantes y deprimen el sistema nervioso central del hombre.
-Líquidos: Son los compuestos de mayor peso molecular. Su inhalación (generalmente en forma de vapor), o también su ingestión, pueden llevar a la persona a tener un cuadro de depresión sensorial.
-Viscosos: En este grupo encontramos el Kerosén, la nafta o la bencina, todas ellas utilizadas como combustibles o solventes.
Dichas sustancias pueden ser inhaladas, afectando al sistema respiratorio, pueden entrar en nuestro organismo a través de la ingesta, pero en cambio, no traspasan nuestra piel.
Nuestro organismo elimina este tipo de sustancias a través del aire que se exhala, o también a través de la orina, en los casos que la sustancia haya llegado al sistema hepático. En este caso vendrán expulsadas en forma de alcoholes y cetonas.
La gran mayoría de los hidrocarburos poseen un olor agradable, por lo que podemos fácilmente intoxicarnos debido a la inhalación al no darnos cuenta en muchos casos de que nos encontramos sometidos a su exposición.
En el caso de inhalación, los síntomas de intoxicación serán cefalea, vértigo, náuseas y también vómitos, convulsiones, trastornos en el sistema respiratorio, que nos pueden llevar a entrar en estado de coma, y en el peor de los casos, conllevar la muerte.
En otro caso, la inhalación afecta al órgano blando directamente, el pulmón, dando rápidos síntomas, como cianosis, taquipnea, dificultad respiratoria, dolor en el tórax, asfixia, tos, etc.
Cuando el hidrocarburo entra en nuestro organismo a través de la ingesta, hecho quizás más frecuente en niños, se presenta fuerte, tos, vómitos, dolor gástrico, vómitos, depresión en el SNC, etc.
Las intoxicaciones por este tipo de hidrocarburos son severas en muchas ocasiones, siendo claramente cancerígenos.