20 abril, 2024

A través de la vista, podemos percibir los objetos por  medio de la acción de la luz. Representa el 80 % del total de sensaciones que tenemos a lo largo de nuestra vida, por ese motivo es muy importante para nuestro desarrollo, defensa, conocimiento, evolución.

Dentro de una jornada de trabajo, nuestros ojos pueden estar expuestos a diferentes riesgos que tienen que ser identificados y evaluados para poder minimizarlos o en mejor forma eliminarlos, según se refiere la LEY DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES (31/1995). Originada para ayudar a identificar  y analizar dichos riesgos dentro del puesto de trabajo y la selección adecuada de los equipos de protección.

Entre los riesgos más relevantes en el ámbito laboral se encuentran:

Riegos mecánicos:

  • Polvo de partículas en el aire, durante manipulaciones de cemento, carpintería, etc.
  • Proyección de partículas metálicas, fibrosas, tierra, de madera. Como en trabajos de mantenimiento o carpintería.
  • Impacto de agua con alta presión o metal fundido. Por ejemplo en tareas de soldadura.

Los cuales tienen una gravedad que va desde una simple irritación provocada por polvo fino hasta la pérdida de la visión provocada por impactos a gran velocidad.

Riegos químicos:

  • Sustancias químicas liquidas (suelen ser las más fáciles de identificar), vapores, gases, aerosoles que pueden ser nocivas para el ojo. Como por ejemplo salpicaduras de ácidos, insecticidas, aerosoles, etc. Las cuales ocasionan severas quemaduras en retina, cornea u otros tejidos que conforman el ojo.

Riesgos biológicos:

  • Se presentan cuando entra en contacto el ojo con la sangre u otros fluidos corporales, lo que puede provocar VIH o hepatitis (enfermedades patógenas).

Riesgos por radiaciones.

  • El grado de peligrosidad de una radiación depende de su intensidad, frecuencia de exposición y de la sensibilidad de los órganos o tejidos.

Se conocen como  radiaciones ópticas a las ultravioletas, visibles e infrarrojas. Como en el caso de las lámparas de incandescencia, fundiciones, trabajos de soldaduras, luz intensa, entre otras.

Estos riesgos conllevan a quemaduras, queratitis, cataratas.

Se entiende por Elemento de Protección Personal (EPP) a todo elemento que va a ser utilizado por los trabajadores para protegerse de posibles riesgos que puedan perjudicar su salud o seguridad.

Para elegir el EPP adecuado, el personal capacitado se debe basar en el estudio y evaluación de posibles riesgos que pueden ocasionarse en cada una de las tareas a realizar dentro del ámbito laboral y van a ser considerados como aptos aquellos que estén en perfectas condiciones y puedan proteger al trabajador (cumplir su función).

Dichos elementos tienen que ser efectivos, seguros, confortables, se tienen que adaptar a los distintos movimientos del cuerpo, ser resistentes a los posibles riesgos que se pueden generar, pulcro (fácil limpieza).

Hay que tener en cuenta las áreas que presenten riesgo ocular, que son aquellas en las cuales se realizan tareas que pueden provocarle algún tipo de lesión a cualquier persona que se encuentra en la zona. La identificación de dichas áreas, con señalización adecuada y vigilancia de los procedimientos que se llevan a cabo es la manera más eficaz de evitar posibles lesiones,  además de la capacitación correspondiente para cada trabajador. Por este motivo, no solo tiene que utilizar el elemento de protección personal el trabajador directo, sino que también los que se encuentren a su alrededor, como ocurre en los trabajos de soldadura o simplemente protegerse de algún posible desprendimiento o impacto de partículas.

Con respecto a la protección ocular y facial, existen 2 grandes grupos: gafas y pantallas.

Las gafas de protección: solo protegen los ojos.

Pueden ser:

  • Gafas de montura universal: son aquellos que disponen de oculares acoplados a una montura con patillas. Tienen forma similar a los lentes que se usan habitualmente.
  • Gafas de montura integral (antiparras): son aquellos en los que los oculares como la montura forman una única pieza.

Además de clasificarse de acuerdo a los riesgos para los que están elaboradas (polvo, impactos, líquidos, gases, nieblas, radiaciones) se definen también en función de las características sus componentes:

La montura de las gafas puede ser de metal o de plástico (policarbonato), Estar sujeta por patillas laterales, por arnés o acopladas al casco, contar con protección lateral o sistema de ventilación (estos últimos 2 pueden contenerlo o no).

El ocular conformado por plástico (policarbonato) o tela metálica, con clase óptica 1,2 o 3 (de mayor a menor calidad óptica), las cuales pueden ser graduadas.

Pantallas de protección: protegen los ojos y una parte o totalidad de la cara u otras zonas de la cabeza.

Pueden ser:

  • Pantalla facial (cubren una parte o totalidad del rostro),
  • Pantalla de mano (se sostienen con la mano),
  • Pantalla facial montada o integral (cubren ojos, cara, garganta, cuello y pueden ser llevabas sobre la cabeza por medio de un arnés o casco.

Además de clasificarse de acuerdo al riesgo para el que están diseñados (cortocircuitos eléctricos, salpicadura de líquidos, radiaciones UV, impactos, soldadura), también se definen por las características de sus componentes:

 

La montura de las pantallas puede ser de tipo textil o soldadura, contar con mirilla fija, movible o no tener. Sujetas por arnés, con la mano o adaptadas al casco.

El visor puede ser de plástico, de malla de alambre o malla textil y contar con una clase óptica de 1,2 o 3 (mayor a menor calidad óptica).

 

«EL USO CORRECTO DE LA PROTECCIÓN OCULAR ES EL PASAPORTE PARA NO DESCUIDAR LAS VENTANAS AL MUNDO… TUS OJOS»

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