25 abril, 2024

La contaminación de la Cuenca Matanza-Riachuelo está históricamente relacionada con desarrollo industrial del territorio metropolitano de Buenos Aires. El río principal de esta cuenca, el Matanza-Riachuelo, recorre 80 kilómetros y atraviesa 14 municipios y parte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde su nacimiento en el municipio de Cañuelas hasta su desembocadura en el Río de la Plata. Las áreas de mayor concentración industrial son las conocidas como Cuenca Media y Baja, esta última la de mayor degradación ambiental. Más de 24.000 establecimientos industriales y comerciales están radicados en esta zona según información oficial de la Autoridad Cuenca Matanza-Riachuelo, ACUMAR.

Entre los sectores reconocidos como más contaminantes se encuentran, entre otros, curtiembres, frigoríficos,  y petroquímicas. El sector de las curtiembres fue identificado por la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS) en el año 2006, como responsable del 50% de la degradación ambiental. Esta industria es tradicional en Argentina desde fines del siglo XIX en conjunto con el desarrollo de la ganadería y de la industria frigorífica, con gran presencia en la Cuenca. Los establecimientos vinculados a la industria de cuero y pieles son más de 200, de los cuales más de 170 están dedicados al curtido de cuero. Están ubicadas en su mayoría en el Partido de Lanús, siguiendo en cantidad en el Partido de Avellaneda y en menor medida en Lomas de Zamora, La Matanza y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

En las curtiembres se realiza el curtido, proceso por el cual se convierte las pieles de los animales, provenientes de los frigoríficos, en cuero, que luego es comercializado, tanto en el mercado interno como externo, donde se termina de dar valor al producto final, ya sea el caso de la industria automotriz, calzado y marroquinería, etc. La producción de cuero bovino alcanzó en 2008 casi 400 mil toneladas y un total de ventas de más de 3.000 millones de dólares.  Dentro de las principales curtiembres exportadoras de la Cuenca se pueden mencionar: Arlei, Sadesa, Fonseca, La Hispano Argentina, Angel Giordano, Urciuoli y Américo Gaita.

 

Más de 80 curtiembres han sido declaradas como Agente Contaminante por la Autoridad Cuenca Matanza-Riachuelo –ACUMAR- hasta fines de 2011, es decir, se comprobó que estos establecimientos contaminan a través de efluentes líquidos, emisiones gaseosas y/o residuos sólidos. A partir de esta declaración, los establecimientos están obligados a implementar planes de re conversión industrial , para cumplir con la mora dispuesta por ACUMAR. Si bien muchos de los establecimientos están declarados desde el año 2009 como contaminantes y están implementando los planes de re conversión, la normativa vigente en cuanto a límites de vertidos industriales no sólo admite niveles permisibles por concentración de vertidos de sustancias contaminantes, sino que además, no contempla una gran variedad de sustancias tóxicas. Este marco regulatorio débil, sumado a la falta de implementación de estrictas políticas de gestión de sustancias químicas peligrosas por parte de las industrias, no permitirá una verdadera re composición ambiental de la Cuenca.

 

Proceso de curtido :

 

En el proceso del curtido son necesarios alrededor de 500 kilos de productos químicos para el procesamiento de una tonelada de cuero crudo; se estima que un 85% no se incorporan en el cuero acabado. La producción también requiere la eliminación de la mayoría de los componentes de la piel cruda, de la cual se termina aprovechando únicamente el 20% del peso; el otro 80% se descarta como residuo. Como consecuencia directa, se generan importantes volúmenes de residuos, sólidos o como efluentes líquidos con una combinación extremadamente compleja de compuestos orgánicos e inorgánicos que hace que el sector sea altamente contaminante. Es posible identificar los principales impacto ambientales del proceso de producción del curtido de cueros centrado en:

 

  • La utilización del metal pesado cromo (III) con la posible oxidación a cromo (VI). El cromo y sus formas son difícilmente bio-degradables, por lo cual son una carga para el ambiente debido a su persistencia, acumulación en el tiempo y efectos impredecibles sobre la vida acuática. En el caso del cromo (VI) es un comprobado cancerígeno humano.

 

 

 

 

  • El proceso de bio-degradación de materia orgánica descargada en efluentes consume el oxigeno disuelto del cuerpo de agua receptor, que junto a un alto contenido de sales y ácidos (por ejemplo: cloruro de sodio, ácidos sulfúrico y fórmico), provocan la muerte de la vida acuática y las funciones naturales de los ríos. El sulfuro, que se utiliza para eliminar el pelo o la pelambre, cuando se transforma en ácido sulfhídrico es extremadamente nocivo para la salud. Bastan 20-50 ppm en el aire para causar un malestar agudo que conlleva a sofocación y a muerte por sobre exposición.

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