24 noviembre, 2024

La imagen es una construcción mental que se genera en la mente de las personas. Cómo ellas van percibiendo las cosas.
A través de la comunicación se genera una imagen, lo que capta la gente.
La imagen corporativa, es una representación mental que surge en la cabeza del público, siendo éste toda persona que de alguna manera puede afectar con su accionar el accionar de una empresa.
Las Relaciones Públicas crean una identidad de marca, que se transmite y genera una imagen en la mente de alguien, por eso es que imagen e identidad están estrechamente relacionadas.
Las Relaciones Públicas se encuentran entre la empresa y todo su público. Tienen determinados elementos para poder crear esta identidad de marca. Cultura y filosofía van a ser la identidad. A través de la comunicación se convencerá a
ciertos públicos sobre esta imagen de empresa.
Un relacionista público va a crear, cuidar, mantener la imagen de una empresa, marca, institución, organización o de una persona.

Las personas con quienes interactuamos van a pensar o construir sobre nosotros.
La imagen personal, no alude solamente el aspecto físico y la vestimenta, toma en cuenta también la gestualidad, la manera de hablar, el grado de cortesía y conjunto de rasgos que se convierten en la tarjeta de presentación del individuo.
De esa percepción depende mucho la valoración final que se haga de la persona, de ahí la importancia de presentar un conjunto armónico en cuanto al aspecto físico, intelectual y emocional, al que se suma un correcto modo de conducirse.
Causar una buena primera impresión es cuidar de toda una serie de detalles que hablarán de nosotros, aun antes de haber emitido una palabra. El aspecto principal que se debe tener en cuenta, aunque parezca básico, es la higiene.

Ceremonial es la técnica que permite emplear un conjunto de reglas de cortesía. Tiene por objetivo fijar el comportamiento y orientar la conducta de los individuos en sus relaciones. Constituye una parte importante de la vida social. Mejora las interrelaciones. El ceremonial va a nacer de la imagen personal. Los gestos, grado de cortesía, modales, vestimenta, cómo nos mostramos a los demás , lo que decimos con el cuerpo (lenguaje corporal), la proximidad que distancia a las personas al hablar, el tono de voz, saludo, proyecta una imagen personal.
El uso de herramientas que dicen cómo deberíamos comportarnos ayudan a un adecuado desenvolvimiento que brindará una imagen personal positiva con valores que serán reconocidos.

El concepto de buen anfitrión no hace alusión sólo a la capacidad de recibir invitados, sino que habla de una serie de características como las de hospitalidad, cortesía, calidez, buen gusto, etcétera. Cualidades que hacen a la imagen del anfitrión, por lo cual se destaca su importancia.
Esa imagen surgirá del sentido de organización que deberá tener para manejar el evento, de la amabilidad para poder atender a cada uno de los invitados, de la discreción , del cuidado de todos los detalles, de hacer que todos los invitados se sientan a gusto, interrelacionar a los mismos. El lema será tratar al invitado como le gustaría que lo traten a él.

Una imagen personal cuidada comienza con el cumplimiento de normas de aseo, higiene diaria, cabello limpio, uñas en buen estado, caballeros con barba rasurada
o delineada. En las damas el maquillaje debe ser impecable, peinado prolijo, perfume suave.
Se debe vestir pensando en un objetivo, no de manera provocativa si se quiere brindar una imagen formal. Debería ser una vestimenta sobria. Tener en cuenta texturas, colores, tipo de cuerpo, saber qué es más favorecedor a su figura.
Pensar constantemente en los detalles, cinturón con zapatos, corbata, etcétera.
Prestarle atención al lenguaje corporal, gestos, posturas que muestran una variedad de sensaciones y pensamientos que revelarán nuestra naturaleza.
Sentarse adecuadamente, sin mover las manos violentamente o acercándolas al rostro de la otra persona.
Caminar con la cabeza y cuello erguidos, mantener distancia prudencial al otro,sonreír, mirar a los ojos, hablar con un tono estable, modular.
Evitar desviar la mirada constantemente, jugar con el cabello, morderse las uñas, cruzarse los brazos, o la gesticulación exagerada.
Ser respetuoso, cortés, tomarse las cosas en serio. Mostrarse seguro, exitoso va a ayudar a crear una imagen positiva, convincente.

Efectivamente la imagen personal tiene que ver con la cortesía. Cómo nos mostramos a los otros.
La cortesía se trata de un protocolo no tan rígido que se pone en práctica en situaciones cotidianas y sociales, que dice cómo deberíamos comportarnos en lugares públicos, de qué manera recibir adecuadamente a las visitas, qué vestuario es el más apropiado, etcétera. Son códigos que toda persona bien educada debe conocer y respetar para dar una buena imagen de sí misma y para hacer más agradable la propia vida y la de quienes la rodean.
Una de las premisas fundamentales de la cortesía es la de resistirse a reaccionar con el primer impulso. Un trato cortés se puede expresar en no importunar, no imponerse, ofrecer opciones, hacer que el otro se sienta bien, ceder, ser amable.

Tanto para cumplir el rol de anfitrión o de huésped, deben conocerse o ponerse en práctica ciertos “deberes”. Como estos roles no son fijos, saber cómo recibir a los demás es una manera de saber cómo comportarse en casa ajena.
La imagen personal va a ser la forma con que esa persona se va a relacionar con los demás. Por lo cual contestar a una invitación, la puntualidad, la brevedad en el tiempo de visita, acomodar lo que usa, amoldarse al estilo de vida del anfitrión, y agradecer al mismo, son las reglas tácitas del huésped entre otras, que conforman esa imagen.

 

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