27 diciembre, 2024

Muchos piensan que el trabajo del organizador profesional de eventos es una tarea simple y que cualquiera puede ocuparse de ello de forma exitosa, pero ¿Qué hay detrás de esta ardua tarea?

El mundo de los eventos es muy amplio, va desde los eventos sociales hasta los empresariales, deportivos, culturales, oficiales y mucho más y no se considera profesional aquél que se dedique a la organización de todos ellos, sí aquel que este especializado y capacitado en uno en específico.

Una vez que tengo decidido a que rubro deseo enfocar mi profesión, es cuando comienza la acción.

El primer paso luego de que un potencial cliente hace contacto con nosotros,  será tener una primera reunión con ellos donde a partir de ciertos datos otorgados por ellos, yo como organizador, deberé realizar una segmentación de mercado, y a partir de ésta, voy a desarrollar propuestas para mi cliente para, en una segunda reunión, éste las conozca y en el mejor de los casos decida elegirme como su mejor opción.

Ahora bien, ¿Qué variables evaluaré en la segmentación una vez que tengo todos los datos de mi potencial consumidor?

Se evaluarán 4 variables:

  • Geográfica. En ésta nos preguntaremos de dónde proviene nuestro cliente y todos los que estarán invitados al evento. En esta variable también se evaluarán las posibles condiciones climatológicas ya que son determinantes. De esta manera podremos evaluar diferentes propuestas de sedes para que se logre conseguir un buen espacio y de fácil acceso para todos. Además, la variable geográfica probablemente me aproxime a una idea del nivel socioeconómico de los asistentes y los agasajados.
  • Demográfica. Aquí analizaremos el target de los asistentes: promedio de edades, sexo, ingresos, ocupaciones, educación, religión, nacionalidades, etc. De esta manera podremos ser más específicos y será mucho más sencillo elegir y descartar posibles actividades a realizar para el evento, por ejemplo, no se organizará de igual forma un casamiento a una pareja de la colectividad judía, joven, con ocupaciones que generan grandes ingresos con invitados en su mayoría menores de 30, que una boda católica de una pareja más adulta de clase media con mayoría de invitados mayores de 40 con muchos niños.
  • Psicográfica. Con esta variable intentaremos analizar el estilo de vida de las personas que asistirán: su clase social y su estilo de vida. A su vez, a partir de las “Técnicas de vals” podremos agrupar a los clientes de acuerdo a sus necesidades y así saber cómo llegar a ellos, pudiendo ser: integrados (más tradicionales y conservadores), émulos (vulnerables, indecisos, inseguros), émulos realizados (ya están realizados pero aun así buscan un éxito o triunfo social), realizados socio-económicamente (aceptan cambios y tienen un pensamiento más abierto) y dirigidos por la necesidad (carecen de recursos primordiales).
  • Aquí podremos evaluar ¿cuándo? Y ¿Cómo? Y de esta manera podremos saber por qué el cliente nos tiene como opción a nosotros y no a otras consultoras, pudiendo ser por:
  • Ocasión de compra.
  • Beneficios buscados.
  • Tasa de uso.
  • Estado de lealtad a nuestra empresa.
  • Etapa de disposición.
  • Actitud hacia el producto.

 

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