24 noviembre, 2024

La limitación de recursos naturales y la necesidad de preservar el medio ambiente nos llevan a la adopción de planes que permitan un desarrollo sostenible. En este sentido, la evaluación y la necesaria minimización del impacto medioambiental dan lugar decisiones criteriosas al momento de realizar un proyecto, como en este caso es la instalación de una nueva estación de servicios.
Los tanques enterrados en las estaciones de servicios, proveen a los surtidores por una red de cañerías que van bajo tierra. La mezcla de hidrocarburos almacenada, origina un producto tóxico e inflamable y clasificado ambientalmente como peligroso. Es por esta razón que se necesita una determinación de los puntos de riesgo de vertido y una aplicación de las medidas oportunas para evitar este daño. Se determina como principales riesgos ambientales afectados el subsuelo y el aire, agredidos por el vertido superficial o subterráneo de hidrocarburos y por las emisiones gaseosas.
Refiriéndonos a estos dos puntos afectados (aire y subsuelo), tomamos como riesgo mayor a la posibilidad de que el sistema subterráneo también llamado SASH, falle, produciéndose así una reparación irremediable por la contaminación de suelo.
La aplicación de medidas preventivas, ya desde la fase de proyecto, basadas principalmente en la estanqueidad, son necesarias. Si a esto le sumamos la elaboración de estudios de impacto ambiental y planes de gestión que aseguran una correcta aplicación y control de estas herramientas, obtenemos que estas importantísimas instalaciones son totalmente compatibles.
El estudio de impacto ambiental fue recorriendo cada uno de los posibles riesgos, para poder así mitigarlos o disminuirlos.

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