24 noviembre, 2024

Desarrollo de equipos de trabajo

 El trabajo en equipo se encuentra ampliamente difundido en nuestras empresas, pero frecuentemente la productividad de dichos equipos es disminuida con respecto a su potencial por problemas en la dinámica del grupo. En una situación como la actual, la competitividad de nuestras empresas es vital para superar la recesión y para competir a nivel global. Por ello, entendemos que intervenir en los equipos de trabajo para que desarrollen todo su potencial, es una inversión de tiempo y esfuerzo que debe llevarse a cabo, pues aumenta la eficacia y la eficiencia de los mismos, aportando más valor a los procesos de la empresa y aumentando la productividad y la competitividad de sus miembros. Pretendemos con este ejemplo, que hemos querido que sea lo más orientado a la práctica posible, coadyuvar, aunque sea con un grano de arena, a la superación de la situación crítica por la que atraviesan muchas de nuestras empresas. El trabajo en equipo puede ser un buen elemento del núcleo de competencias para alcanzar ventajas competitivas. Sólo la productividad y competitividad de nuestras empresas podrán sacar realmente al país de la crisis. El supuesto se desarrolla en una empresa de mensajería internacional. La actuación se llevará a cabo sobre un equipo de seis personas encargadas de generar soluciones de optimización de procesos para la reducción de costes ante la situación de la compañía en esta época de recesión. El objetivo del grupo implica analizar los distintos procesos de negocio y áreas de apoyo. Deberá detectar oportunidades de mejora de procesos que reduzcan los costes, proponer palancas de actuación de mejora, garantizando la eficiencia sin detrimento de la calidad del servicio y del plazo de entrega al cliente. El trabajo de este equipo se inserta en un proyecto global, para que dicho proyecto sea efectivo, es necesario que el equipo realice su tarea con celeridad pero garantizando la eficacia en la organización. Los resultados de este equipo de trabajo han sido buenos en calidad, pero se está produciendo un retraso en los plazos, que afecta al global del proyecto por producirse un cuello de botella. El Director de Recursos Humanos trata el tema con el Responsable de equipo y detecta la necesidad de una intervención para el desarrollo del mismo. Un experto del Departamento de Recursos Humanos asiste a algunas reuniones del equipo y se entrevista individualmente con sus miembros. El Responsable del Equipo, supervisa todas las tareas de los miembros y las asigna dinámicamente. La comunicación no fluye adecuadamente porque se produce una red en estrella, donde es el Responsable el que ocupa el lugar central. El Responsable recibe la información en reuniones de supervisión con cada uno de los restantes miembros del equipo y es él el que hace intervenir a uno u otro en determinada tarea. De esta forma, cuando se produce un retraso, el Responsable asigna parte de esa tarea a otro miembro del equipo para desbloquear la situación, pero es él el que explica la tarea, los antecedentes y el estado actual, por lo que se pierden sinergias que podrían obtenerse de la comunicación entre los miembros, se producen cuellos de botella en la toma de decisiones porque es necesaria la supervisión del Responsable, y la visión global del proyecto solamente la tiene el líder, con lo que se entorpece que los miembros del equipo puedan hacer aportaciones importantes a las tareas del proyecto que han sido asignadas a otro. En realidad, esto impide al equipo trabajar como tal y se convierte en un conjunto de miembros aislados con un Responsable en común que casi el único nexo de unión entre ellos en lo que al desempeño de su trabajo se refiere. El equipo de trabajo se habría convertido en lo que Schein denomina un grupo de coactuación: Los miembros trabajan de forma independiente en las tareas del equipo. El trabajo requerido se distribuye y cada uno de los individuos, en solitario, lo realiza. Los esfuerzos individuales son coordinados por un punto de control central. La persona que coordina recoge las contribuciones de los individuos para crear un producto final de “grupo”. Estos equipos coactuantes se desenvuelven bien en tareas simples con los elementos de trabajo bien identificados. Esta fórmula requiere una red de comunicación centralizada.

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