¿Qué es monóxido de carbono?
El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y altamente tóxico que ingresa al cuerpo a través de la respiración.
Es altamente peligroso porque no es detectable a través de los sentidos. Carece de olor, sabor y color. Por eso, es indispensable mantener bien ventilados los ambientes y la correcta instalación de los artefactos por un gasista matriculado.
Cómo se produce este gas tóxico
Todo material combustible rico en carbono (Ej. gas, petróleo, carbón, kerosén, nafta, madera, plásticos) necesita oxígeno para quemarse. Cuando la cantidad de oxigeno es insuficiente, la combustión es incompleta y se forma el Monóxido de carbono.
Químicamente hablando se produce naturalmente por una serie de procesos, sobre todo por la oxidación parcial del metano (CH4) que se forma en la descomposición de la materia orgánica por fermentación. En una atmósfera no contaminada la concentración de monóxido de carbono es muy baja y estable (0,1 ppm = partes por millón).
Elevadas concentraciones de este gas se generan en la atmósfera baja de centros urbanos e industriales y son originadas principalmente por la combustión incompleta de combustibles fósiles (petróleo y derivados, carbón, gas natural). En estas áreas la fuente principal de emisión de monóxido de carbono son los motores de combustión interna de los vehículos, y en menor medida la actividad industrial (refinerías de petróleo, fábricas de papel, fundiciones, industria química, entre otras), la calefacción habitacional y la combustión de desperdicios.
Artefactos que lo producen
Todo artefacto usado para quemar algún combustible puede producir monóxido de carbono si no está asegurada la llegada de oxígeno suficiente al quemador. Los calefones, las estufas u hornallas de la cocina y hornos que queman gas o kerosén pueden producirlo si no están funcionando bien, los hogares o cocinas a leña, braseros y los vehículos con el motor encendido también lo despiden.
Una de las principales causas de su origen en los artefactos a gas, está en el mal estado de las instalaciones, como puede ser:
- Insuficiente ventilación del ambiente en donde hay una combustión.
- Instalación de artefactos en lugares inadecuados.
- Mal estado de los conductos de evacuación de los gases de la combustión, desacoplados, deteriorados o mal instalados.
- Acumulación de hollín u otro material en el quemador.
Hay algunas señales que pueden hacer sospechar la presencia de MONÓXIDO DE CARBONO en el ambiente, tales como:
- Llama de color amarilla o naranja, en lugar de la azul (normal). Esto es producto del carbono libre en estado de incandescencia.
- Aparición de manchas, suciedad o decoloración de los artefactos, sus conductos de evacuación o alrededor de ellos.
Intoxicación en las personas
El monóxido de carbono se combina con la hemoglobina de la sangre (con una afinidad 250 veces mayor que con el oxígeno) formando la Carboxihemoglobina, la cual no puede transportar oxígeno a las células provocando la hipoxia de los tejidos.
La absorción del monóxido de carbono y los síntomas resultantes dependen directamente de la concentración en el aire respirado, el tiempo de exposición y el grado de actividad de la persona.
Síntomas
Los síntomas pueden variar según la persona. Quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son los niños pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores y las personas que habitan en zonas de gran altitud.
El principal riesgo de este tipo de intoxicación es que en muchos casos la persona no está consciente de los síntomas que produce.
Éstos pueden ser:
- Dolor de cabeza.
- Náuseas o vómitos.
- Mareos, acompañados de cansancio.
- Adormecimiento o confusión.
- Desmayo o pérdida de conocimiento.
- Alteraciones visuales.
- Estado de coma.
Que hacer ante una intoxicación
Si se sospecha que alguien sufrió una intoxicación por monóxido de carbono, cuanto antes se actúe menor será el daño causado por este gas y más rápida y favorable la recuperación.
Una vez que detectamos los síntomas el único tratamiento es la administración de oxígeno en una concentración de 100% (la concentración normal en el aire que respiramos es del 21% aproximadamente), por lo que es obligatorio el rápido traslado a un centro médico.
Guía de prevención
- Hacer que un experto de mantenimiento cada año a su sistema de calefacción, su calentador de agua y cualquier otro aparato que funcione con gas, aceite o carbón.
- Permita siempre el ingreso de aire al ambiente desde el exterior, suficiente como para renovarlo: a veces una rendija puede salvarnos la vida.
- Verifique que la llama de los artefactos sea de color azul. Si es de otro color (amarillo o tonalidades anaranjadas o rojas) está funcionando en forma defectuosa. Llame enseguida a un gasista matriculado para que revise el artefacto y la ventilación.
- El uso de hornallas y hornos de la cocina para calefaccionar el ambiente es sumamente peligroso.
- No deje su auto o camioneta con el motor encendido dentro del garaje incorporado a su casa, aunque la puerta esté abierta.
- Es indispensable que las salidas de los gases al exterior estén libres de obstrucciones y colocadas en forma reglamentaria.