La industria argentina de biodiesel tiene una capacidad de producción de alrededor de 4,6 millones de toneladas anuales. El año pasado se utilizó alrededor de un 40 % de ese total. Las ventas al mercado interno fueron apenas superiores a 1 millón de toneladas y las exportaciones del orden de 790.000 tns. Este año, la producción de biodiesel será superior a 2,5 millones de tons., con exportaciones no menores a 1,5 millones de toneladas y un uso de la capacidad instalada que puede ubicarse en el 54/55 %.
Por el lado del mercado interno, el año comenzó mal, ya que luego de la devaluación del peso ocurrida en diciembre pasado, los precios internos de los combustibles líquidos y de los biocombustibles, se fueron recomponiendo muy lentamente, mientras que el precio del aceite crudo de soja –principal materia prima del biodiesel producido en el país- se ajustó de manera sincrónica a la devaluación.
Por otra parte, el plazo de pago usual en la compraventa de biodiesel destinado a atender el mandato de corte establecido por el artículo 7 de la Ley 26.093, no se modificó y ante la variabilidad del tipo de cambio, se produjo un efecto negativo adicional. Todo ello condujo a una reducción significativa de la oferta de biodiesel por parte de las pequeñas y medianas empresas proveedoras, como así también de las fábricas grandes no integradas con aceitera o ubicadas en zonas de economías regionales –que en su conjunto representan el total de dicha oferta de biodiesel en el mercado local-. Hay que destacar además que se produjo la cesación de pagos y concurso preventivo de la firma Oil Combustibles, hecho que impactó negativamente en el consumo de biocombustibles y en la economía de varios productores de los mismos que tenían fluido trato comercial con esa firma. De esta forma, se impidió el cumplimiento de la obligación de incorporar un 10 % de biodiesel al gasoil mineral.
La situación referida antes comenzó a mejorar significativamente a partir de marzo pasado, pero en setiembre último, habiendo el Ministerio de Energía acordado con las compañías petroleras congelar el precio de los combustibles líquidos en surtidores locales hasta el mes de noviembre, la referida autoridad de aplicación alteró la fórmula de cálculo del precio del biodiesel en el mercado interno, no ajustándola en función a la evolución de las variables que la componen por los próximos meses, hecho que afectó negativamente la economía de la industria que destina su producción a dicho mercado.
Como si esto fuera poco, a las compañías petroleras integradas, le sigue resultando muy conveniente procesar la mayor cantidad de petróleo crudo producido localmente, y transferirlo a las refinerías a un precio mucho más alto que el internacional, como así también, dar la mayor utilización posible a la capacidad de refinación de petróleo disponible, en atención a los elevados niveles que se registran en el mercado local, por lo que cuanto menor cantidad de biocombustibles se incorporen a la nafta o el gasoil, aumenta la rentabilidad de las operaciones de aquéllas. Incluso, la misma situación se genera para las compañías petroleras si importan petróleo crudo o combustibles minerales.
En los últimos dos meses, se viene produciendo un reacomodamiento positivo, pero todavía no se alcanza un contenido promedio ponderado de biodiesel del 10 % y muy difícilmente cuando cierre el presente año, pueda cumplirse el mandato con rigurosidad. Además, no se está cumpliendo con la obligación de corte de un 10 % en el gasoil que consumen las generadoras eléctricas.
Por el lado de las exportaciones de biodiesel, se registra un buen nivel –muy superior al año anterior-, que está motorizado por la demanda de EE.UU., mientras sigue cerrado técnicamente el mercado europeo, luego que en 2013 se aplicara nuestro biocombustible, un derecho de importación antidúmping. En este sentido, si bien recientemente la OMC en un panel abierto al respecto promovido por nuestra Cancillería, dictaminó en segunda instancia ratificando su dictamen de primera instancia favorable a los intereses argentinos por esta cuestión, al tiempo que recientemente la Corte de Justicia de la UE falló en un juicio que por igual motivo presentó la industria argentina exportadora de biodiesel, estableciendo que la UE debe eliminar el referido derecho, la apertura de este mercado llevará bastante tiempo todavía. Además, resulta positivo que España decidió no renovar las cuotas de distribución de biodiesel en su mercado, hecho necesario, pero mientras la UE no proceda en función a lo descrito antes, será imposible recuperar dicho mercado.