20 abril, 2024

La historia proviene de la isla de Murano, en Venecia, lugar del mundo donde se encuentran los mejores artesanos del cristal. Sopladores de botella con técnicas que se pasan de generación tras generación y son considerados los mejores del mundo.

Murano es la isla más grande de la Laguna Veneciana por detrás de Venecia, teniendo una población de unos 30.000 habitantes. La Isla de Murano es mundialmente conocida por su cristal. Tal es la importancia del cristal y sus artesanos en este lugar, que ninguno de ellos puede tomarse vacaciones sin informar con muchos meses de anterioridad y actualmente solo quedan 45 de ellos. Una tarea que parece simple, pero no lo es.

La famosa historia del “Soplar y hacer botella” comienza a principios del siglo 19, cuando los artesanos de la isla de Murano pedían que se los respete como artistas y luchaban para que su tarea sea bien remunerada por los propietarios de las casas de cristales, que solo les daban migajas de todo lo que movía el comercio que llegaba de todas partes a buscar los mejores cristales del mundo, incluyendo a toda la realeza europea, que pagaba fortunas por cada pieza, que hoy son históricas. Pero los funcionarios de la isla no consideraban que lo que hacían los sopladores sea algo muy difícil de hacer y decidieron negarles el pedido, a lo que los sopladores dejaron de trabajar y citaron luego de más de 10 días de huelga a todos aquellos que tanto criticaban, se acerquen a ver como se trabaja el cristal.

Luego de esta convocatoria, cientos de curiosos se acercaban a ver como los sopladores trabajaban incansablemente este material, que consideraban divino en el lugar, incluso muchos funcionarios de Murano que fueron los primeros en ver que la gente se juntaba a ver como elaboraban las preciadas obras en cristal se sumaron. Es aquí, donde el dicho comienza a tomar forma, ya que uno de los artesanos llama a uno de ellos, pidiendo que siga el paso a paso de como hace el trabajo y que trate de hacerlo, a lo que el mismo accede, pero luego de varios intentos, el funcionario no pudo darle forma a nada, ante las risas de los lugareños. Ante la mirada atónita de todo el pueblo, es donde uno de los maestros sopladores exclama: “Vieron, no es soplar y crear cristales de la nada”, que luego se transformaría en el famoso “No es soplar y hacer botella”, como lo conocemos actualmente, pero que lo harían mundialmente conocido los catalanes con el “Bufar i fer ampolles” (soplar y hacer botellas).

Multitud de objetos que utilizamos hoy en día están hechos de vidrio: las ventanas de casas y automóviles, los espejos, las botellas, frascos de medicamentos, pantallas de televisión, focos, mostradores de tiendas, carátulas de relojes, floreros, adornos y muchas, muchas cosas más y encima es un material reciclable. Pero… ¿Como se hace el vidrio?

El vidrio se hace con arena, y es que en la arena existe un elemento llamado sílice, que es la base para elaborar el vidrio.

También se necesitan otras sustancias como carbonato de sodio (Na2CO3) y caliza (CaCO3). Por último si lo quieres de color, basta con añadirle colorantes.

¿Cómo se Fabrica el Vidrio?

El vidrio se obtiene a partir de una mezcla de arena de cuarzo, sosa y cal. Estos 3 elementos se funden en un horno a temperaturas muy elevadas, aproximadamente a 1.400ºC. El resultado de esta fusión es una pasta vítrea que se somete en caliente a diversas técnicas de conformación, es decir, técnicas para darle forma. Podríamos decir que la materia prima del vidrio es la arena.

Vamos a ver la técnica mas utilizada para la fabricación masiva de botellas.

-Conformación por soplado automático: el material vítreo (vidrio fundido) entra en un molde hueco cuya superficie interior tiene la forma que queramos darle al vidrio, mejor dicho la forma del objeto final. Una vez cerrado el molde, se inyecta aire comprimido en su interior para que el material se adapte a sus paredes. Tras enfriarse, se abre el molde y se extrae el objeto. Fíjate en la imagen:

botellas

Como puedes ver al principio, al vidrio fundido se le da una preforma, y al final, la parte que se sobra llamada rebaba, se corta. Esta técnica se utiliza para la fabricación de botellas, frascos, vasos, etc.