El uso y la exhibición de animales salvajes no dejan de ser una actividad lucrativa para muchos. Este beneficio económico prima por encima de las necesidades biológicas, físicas, emocionales y comportamentales de los animales.
Los animales han sido arrebatados de su hábitat natural y despojados de su entorno y de su naturaleza, viven en situación de cautiverio, son sometidos a castigos físicos o son expuestos a continuas situaciones de estrés.
- La mayoría de los elefantes han sido capturados de la naturaleza como crías y amaestrados a través de un método brutalmente cruel.
- Es frecuente ver a los «mahouts» (entrenador de elefantes) empleando el «ankus» o bullhook, la herramienta tradicional para dominar a los elefantes y que consiste en un palo largo con ganchos metálicos en su extremo. La simple amenaza de su uso, recuerda a los elefantes el dolor y permite que sean entrenados, posibilitando su manejo.
- Elefantes pintores: obviamente los elefantes a los que hacen pintar cuadros, no tienen un talento especial, sino que han soportado meses de abusos físicos para aprender a agarrar un pincel y a dibujar.
- Al contrario de lo que podría parecer, los elefantes no están diseñados para soportar grandes pesos sobre sus lomos, de hecho cualquier carga de más de 150 kg supone una presión inmensa sobre sus columnas.
Una primera pregunta que podríamos hacernos es: ¿qué hace un elefante paseando turistas? Aunque la verdadera pregunta que debemos hacernos es: ¿cómo ha llegado un animal de 5 toneladas a obedecer tan mansamente a un hombre de 70 kilos? La respuesta está en el maltrato y la crueldad.
En Tailandia existe una tradición centenaria llamada Phajaan. Esta técnica de adiestramiento consiste, literalmente, en “partirle el espíritu” a los elefantes. Desde muy pequeños, cuando apenas tienen 4 años de vida, se separa a las crías de sus madres (en los casos más salvajes y extremos, después de haberlas matado) y se les somete a un cruel aislamiento hasta asegurarse de que pierden su independencia y se vuelven totalmente sumisos a los humanos. Durante este aislamiento, que puede alargarse hasta 7 días, el pequeño elefante es encerrado en una jaula que se adapta a sus medidas impidiendo que pueda ni siquiera sentarse. Lo más triste es que durante ese tiempo no sólo se le priva de comida, bebida y sueño, sino que varios hombres le golpean con frecuencia haciendo uso de un bastón con un clavo en la punta que dejan caer sobre zonas sensibles como ojos y orejas. Cuanto más lucha el pequeño elefante, más se le golpea. Después de superar el Phajaan el elefante queda aterrorizado, confuso y “roto”. Y aún le quedarán por delante semanas o meses de “entrenamiento” durante las cuales aprenderá a obedecer las órdenes de los hombres, a los que temerá de por vida pues, como sabéis, un elefante nunca olvida.
- Las crías de estos animales son cazados en el estado salvaje en Birmania, torturados para que obedezcan y, finalmente, llevados a Tailandia y vendidos a los varios campamentos y “falsos orfanatos”.
- Según los informes de la ONG Elephant Family cada año, entre 50 y 100 crías de elefantes son capturadas en Birmania para alimentar la industria turística tailandesa. Y, dato aún más preocupante, por cada cría capturada hasta cinco elefantes adultos o adolescentes de su familia tienen que ser asesinados.
- Birmania es segundo solo a la India por lo que al número de estos animales en el estado salvaje se refiere, pero hoy en día, se estima que tan solo cuenta con una población de 5000 individuos. Que podrían haber desaparecido del todo en menos de 10 años.
Otra pregunta que podríamos hacernos es si realmente son necesarias estas excursiones, si realmente necesitamos una foto o montar un elefante, si hay gente que realmente le importa todo el proceso por el cual pasa el animal para que nosotros podamos realizar una excursión.
Todos en algún momento de nuestras vidas cometimos el error de ir a un zoológico, sacarnos fotos con algún animal exótico desde la ignorancia pero se pueden realizar actividades a través del turismo responsable.
En Tailandia hay muchos centros responsables para ver elefantes protegidos. Éstos son algunos de ellos:
- Burm and Emily’s Elephant Sanctuary es un hogar para elefantes ancianos, donde se les ofrece la oportunidad de vivir libremente y desarrollar sus comportamientos naturales tras una vida de duro trabajo en el sector turístico. A tan solo 2 horas y media de Chiang Mai, rodeado de una naturaleza espectacular, BEES es un proyecto local y familiar y uno de los pocos santuarios de elefantes reales de toda Tailandia
- Elephant Nature Park: entre todos los falsos santuarios de elefantes que encontrarás en Chiang Mai, Elephant Nature Park hace una labor de rescate y protección real para elefantes necesitados. Puedes ayudarles a cuidar de sus elefantes y en sus proyectos educativos en voluntariados de a partir de una semana empezando cada lunes.
- El refugio de elefantes Boon Lott’s está altamente recomendado por expertos en la protección de los elefantes. Un lugar donde el respeto a los animales y su bienestar priman por encima de todo. El nombre del santuario, que significa superviviente en tailandés, está dedicado a la primera cría de elefante que rescataron y cuya historia muestra la lucha por la protección de un animal afectado tanto por la industria turística como por el uso de elefantes para la tala ilegal.
- Wild life Friends of Thailand. Otra entidad que rescata elefantes del maltrato en Tailandia. Una visita recomendada.
Otra cosa que podemos agregar es a través de las redes de comunicación fomentar el turismo responsable y por qué no si sabemos que algún conocido va a viajar a Tailandia recomendarle los lugares donde pueden realizar estas actividades teniendo en cuenta el cuidando del animal.
Fuentes: http://www.losapuntesdelviajero.com/2013/10/donde-ver-elefantes-en-tailandia-y-donde.html