El asesoramiento profesional para la mejora de los procesos se ha convertido en una tendencia en el mercado local.
El desarrollo de algún negocio generalmente requiere de un asesoramiento para alcanzar el éxito, en lo cual las consultorías se convierten en un paso necesario para su ejecución, y el área logística no solo no es ajena a la realidad, sino que en los últimos tiempos ha venido creciendo la apelación a profesionales que auxilien a superar ciertas etapas y circunstancias.
En esa línea, las empresas medianas comenzaron a acercarse a los consultores para implantar nuevos procesos y también para mejorar los que estaban realizando y develar errores que perjudicasen el negocio.
“Las consultoras están en auge, pero no sólo con las grandes empresas. Hoy la mayoría de las pymes se encuentran con una realidad de costos distinta” y apelan a ellas, según Marcelo Martínez, gerente general de Escala. En coincidencia, Fernando Balzarini, director general de Miebach Consulting Argentina, observó que aumentó la cantidad de “clientes domésticos y medianos: 20 o 30% de los proyectos son pymes o un poco más grandes, nacionales ciento por ciento, con un dueño”.
Gustavo di Capua, director ejecutivo de EY, consignó que “a veces, la pyme busca una solución específica a un problema específico y nosotros buscamos hacer un abordaje general para después entrar en lo específico”. José Luis Losada, presidente de tecnologística, precisó que “la consultoría logística se solicita a partir de cierta escala de crecimiento. En determinado momento, el voluntarismo no alcanza y la empresa tiene que pensar en profesionalizarse, organizarse mejor y aparece la necesidad de un acompañamiento.
Martínez indicó que “la capacidad que tenga el cliente de generar la información que le pida la consultora va a tener una relación lineal con el resultado de la consultoría. Si la calidad es mala, el resultado será malo”.
A su vez Losada considero que una buena consultoría puede no dar un buen resultado, porque el consultor se deja limitar por la realidad existente y resuelve parcialmente un problema que se va a mantener porque la estructura no se modificó”.
Para Di Capua, entre las pymes existía una reticencia a apelar a las consultorías, por “un tema cultural. Pero, en los últimos años la tendencia fue creciente en cuanto a la contratación de servicios profesionales”. Balzarini reconoció que hay “gente que mide
mucho el precio y todavía no se ha convencido de que el valor de una consultoría es lo que menos pesa en una decisión. Tenemos una estadística mundial que muestra que nuestro valor de proyecto medido en ideas, implementaciones y resultados, es minúsculo y se repaga tres o cuatro veces ese costo”
Losada aseguró que “contratar consultorías no es llamar a alguien, pagar y recibir un informe, porque eso le podría dar una solución que la empresa no tendría como implementarla”. “El consultor va a encontrar más problemas que los que la persona que contrata esta imaginando, porque todas las empresas tienen un grado de ineficiencia, pero tienen factores de éxito más importantes. Todas pueden ser mejores.”
Las pymes que están creciendo tienen necesidad de incorporar servicios profesionales externos para dejar que el plantel de la empresa opere en el día a día, ya que no puede operar, dar servicio a la empresa y hacer proyectos nuevos al mismo tiempo.
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