23 noviembre, 2024

Argentina y Chile son los principales proveedores de combustibles (diésel y gasolina) de Bolivia con el 64 por ciento del total importado entre enero y agosto de este año, destacó hoy un reporte del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).

La importación de combustible de enero a agosto en 2016 ascendió a 352 millones de dólares, principalmente de diésel en un 73 por ciento, seguido de gasolina con 24 por ciento y 2 por ciento de otros, dice el documento apoyado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

De acuerdo al informe difundido por el IBCE, en años anteriores el principal socio comercial en la provisión de combustible, en particular diésel, era Venezuela, que posteriormente fue desplazado por Chile y ahora se encuentra Argentina.

El documento del IBCE además señala que en ocho meses, Argentina vendió combustible a Bolivia por un valor de 127 millones de dólares; seguido por Chile con 100 millones; Estados Unidos con 56 millones y Perú con 27 millones de dólares.

Sobre el tema el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), Guillermo Achá, dijo que en febrero pasado, se pusieron en marcha nuevas operaciones de la Unidad de Isomerización de Gasolina Liviana que aportará a Bolivia, cuando esté operando, 12,5 millones de litros de gasolina cada mes.

«Esto hará que el país baje drásticamente la importación de gasolina, así como dejamos de importar gas licuado de petróleo», aseveró Achá.

La planta está ubicada en la refinería Guillermo Elder Bell, en Santa Cruz a 850 kilómetros de La Paz. La construcción demandó una inversión de 110 millones dólares y permitirá una producción adicional de 12,5 millones de litros de gasolina mensualmente.

«Este proyecto permite procesar una gasolina liviana para obtener una gasolina de alto octanaje y podamos tener una mayor producción de gasolina especial y esto subirá en 12,5 millones de litros por mes» , afirmó el presidente de YPFB.

La importación de combustibles en 2011 llegó a 1.031 millones de dólares y escaló a su máximo nivel en 2013 con 1.195 millones de dólares, paulatinamente fue disminuyendo con la puesta en operaciones de sus plantas de separadoras de líquidos y de refinación y ahora se prevé que no pase de los 600 millones de dólares.

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