23 noviembre, 2024

Todo surge alrededor del Señor Juan José Gómez Centurión (Titular de la Dirección General de Aduana -DGA-), quien fue acusado de encubrimiento a una banda de contrabandistas. Por vinculación a estos hechos fue destituido de su cargo. Si bien ya volvió a sus actividades nuevamente, a consecuencia de ello la responsabilidad moral y la ética en su profesión quedaron muy cuestionadas.

La responsabilidad moral se haya estrechamente ligada a la  necesidad y libertad humana, pues solo si se admite que el agente tiene cierta libertad de opción y decisión cabe hacerle responsable de su acto. En este caso hubo dudas acerca de ella, ya que por la denuncia realizada no se pudo comprobar su relación con estos hechos y se cree que fue un montaje. Para juzgar moralmente la conducta de una persona es preciso examinar las condiciones concretas en que se produce ese acto, para poder imputarle una responsabilidad moral por la misma.

La moral es el conjunto de normas aceptadas libre y conscientemente, que regulan la conducta individual y social de los hombre. Por lo que a los profesionales se los tienen que evaluar justamente por su comportamiento en tal situación cometida y en función de lo que fundamentan esas normas y los códigos morales, entrando la ética para su reflexión.

Si fuese verdad el delito que realizó, las consecuencias serán graves y será sancionado por su conducta. Si se lo encuentra culpable tendrá una sanción penal y deberá pagar las multas previstas por las normas penales y tributarias. Es tan grave cometer falta en el desempeño de la función pública que la integridad de la persona queda observada y muy cuestionada por la sociedad en su conjunto.

Por lo que se sabe en estos espacios como  la aduana existe mucha corrupción, que a veces se va de las manos y es difícil manejar. Es por ello que el prestigio de la profesión requiere de esfuerzos hacia una dirección fértil  e inspirada en sanas y constructivas finalidades. Esto lo realiza un profesional que se esfuerza con vocación y capacitación para lograr trabajar con honestidad, moralidad, conciencia y desinterés.

Así también existen funcionarios o despachantes que ignoran sus responsabilidades, pero el funcionario despachante de aduana no puede ignorar el procedimiento del trámite para verificar esas extrañas situaciones, está obligado a conocer, no se puede librar de su responsabilidad, ya que esa persona tiene la obligación de saber lo que realmente se debía hacer.

La Aduana es un órgano que tiene a su cargo la aplicación de la legislación de la importación y exportación de mercaderías como también el control  y verificación del transporte, por lo que no se puede ignorar la responsabilidad como hemos hablado. El profesional debe respetar las disposiciones legales, cumpliéndolas y haciéndolas cumplir lealmente. Se consideran empleados públicos para todos los efectos del Código Penal y de las responsabilidades derivadas de las infracciones contempladas de la Ordenanza de Aduana y de las otras leyes tributarias, cuyo cumplimiento y fiscalización corresponda al Servicio de Aduanas.

Todo profesional va capacitándose con la experiencia por lo que en la actividad de todos los días tiene que demostrar su cumplimiento al ejercer su trabajo. Poder tener confianza en que lo realizado no falta la la ética profesional, el no infligir las normas marcan a los individuos, por lo que esa capacidad, ese desinterés y responsabilidad a tu trabajo te hace ser buena persona ya que actúas con principios éticos.

La lucha contra la corrupción aduanera exige una labor exigente e incesante: a nuevas vallas que se opongan al flagelo, el profesional buscará nuevos caminos. Es una lucha que exige inteligencia y preparación pero sobre todo trabajo, convicción, autoridad moral y respaldo institucional. Esto es lo que comenta José Gómez Centurión, es el objetivo que quiere lograr y cree tener todas las herramientas para combatir este tema que tanto mal ha ocasionado  a la comunidad.

En conclusión, toda profesión dependiendo del ámbito en el que ejerce ese profesional tiene que tener mucha capacidad, estudiar y adquirir herramientas que les permita ejercer su actividad, para así también poder brindar esas soluciones a los problemas que integra toda la sociedad, que se ha visto preocupada justamente por el sistema que se ha instalado en estos sectores. Todo profesional tiene responsabilidad moral y profesional: existen normas que van a regir su labor y accionar durante todo el periodo de su actividad dentro de estas oficinas públicas así que su comportamiento debe ser sumamente responsable y firme a su convicciones.

El profesional al ejercer su profesión además de contar con el conocimiento necesario de su campo, debe contar con valores morales que tendrán como finalidad fundamental buscar y tratar de garantizar el bien común.

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