En el siguiente artículo veremos los diferentes niveles operacionales de la planificación (plan, programa, proyecto, actividad y tarea) y a dar algunos ejemplos de cada uno.
El marco teórico se encuentra sustentado por autor reconocido llamado Ezequiel Ander Egg.
La planificación es un proceso integral con el cual se pretende aportar razonabilidad y organización a la acción de tal manera que conduzca a alcanzar una situación deseable, es importante conocer sus niveles:
Plan, programa, proyecto, actividad y tarea que indican distintos niveles de concreción.
Plan que es el término de carácter más global. Un plan hace referencia a las decisiones de carácter general que expresan los lineamientos políticos fundamentales, las prioridades que se derivan de esas formulaciones, la asignación de recursos acordé a esas prioridades, las estrategias de acción y el conjunto de medios e instrumentos que se van a utilizar para alcanzar las metas y objetivos propuestos. Desde el punto de vista de la administración central, el plan tiene por finalidad trazar el curso deseable del desarrollo nacional o del desarrollo de un sector.
Un plan engloba programas y proyectos, el plan es de figura técnico-político dentro del cual se enmarcan los programas y proyectos.
Un programa, en sentido amplio, hace referencia a un conjunto organizado, coherente e integrado de actividades, servicios o procesos expresados en un conjunto de proyectos relacionados o coordinados entre sí y que son de similar naturaleza. Un programa operacionaliza un plan mediante la realización de acciones orientadas a alcanzar las metas y objetivos propuestos dentro de un período determinado.
Pasando a un mayor grado de concreción, tenemos lo que se denomina proyecto. Se define como un conjunto de actividades concretas, interrelacionadas y coordinas entre sí, que se realizan con el fin de producir determinados bienes y servicios capaces de satisfacer necesidades o resolver problemas. Tanto los programas como los proyectos se concretan a través de un conjunto de actividades organizadas y articuladas entre sí, para alcanzar determinadas metas y objetivos específicos. La diferencia entre un programa y un proyecto radica en la magnitud, diversidad y especificidad, teniendo en cuenta que un programa está constituido por una constelación o conjunto de proyectos.
Las actividades es el medio de intervención sobre la realidad, mediante la realización secuencial e integrada de diversas acciones necesarias para alcanzar las metas y objetivos específicos de un proyecto. Y la tarea es la acción que tiene el máximo grado de concreción y especificidad. Un conjunto de tareas configura una actividad, entre las muchas que hay que realizar para concretar un proyecto.
Para aclarar estos crecientes grados de concreción y especificidad y el alcance de cada uno de estos términos, podemos ilustrarlos con los siguientes ejemplos. Plan de servicios sociales, programas de infancia y familia (como uno de los programas del plan), proyecto: realizar un campamento de verano, actividad: realizar una excursión, tarea: preparar la ropa y calzado adecuados. Plan de educación, programa de construcción de edificios escolares, proyecto: construir este edificio escolar, actividad: levantar la pared, tarea: colocar un ladrillo.
Éstos términos se relacionan entre sí ya que son los niveles de planeación de la administración. A partir de un plan que son las decisiones generales surgen los programas, proyectos, actividades y tareas. Todos con el fin de alcanzar las metas u objetivos determinados para el desarrollo de un sector.