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Seguridad en el transporte Maritimo

El transporte marítimo tiene entre sus principales virtudes la de ser un medio extremadamente seguro, en particular porque su seguridad está muy regulada en el ámbito internacional, por medio de numerosos Convenios de la Organización Marítima Internacional (OMI) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ambas dependientes de las Naciones Unidas (ver apartado relativo al marco legislativo del transporte marítimo).

Como consecuencia de esta amplísima regulación, el transporte marítimo es, sin duda alguna, el medio de transporte más seguro, tanto para la vida humana como para el medioambiente. Pese a la imagen que puedan crearnos los medios de comunicación tras accidentes como el del Prestige, lo cierto es que, gracias a las constantes mejoras de las normas de seguridad, año tras año se ha conseguido disminuir drásticamente la siniestralidad y los incidentes de contaminación.

Asimismo, la tasa de fallecimientos en el transporte marítimo (incluyendo la tripulación) es de 1,4 muertos por cada 100 millones de pasajero x km, comparada con 100 en la carretera y 40 en el ferrocarril. En otras palabras, en términos comparables, hay 70 veces menos muertes en el transporte marítimo que en la carretera y 30 veces menos que en el ferrocarril.

Otras ventajas del transporte marítimo: Además de ser un medio económico, favorable para el medioambiente y seguro, el transporte marítimo presenta otras ventajas que pueden ayudar a un mejor y más controlado desarrollo sostenible:

— Mínimo impacto sobre el medio marino, dado que, salvo las necesarias infraestructuras portuarias, no produce una ocupación permanente del espacio.

— Impacto reducido en la flora y la fauna.

— Mejora continua del sector, que, pese a contar con unos excelentes registros de seguridad y medioambientales, está en un constante proceso de mejora, como lo demuestra el gran número de normas que constantemente se incorporan al marco legal del sector.

— Mínimas necesidades de inversión en infraestructuras, factor este que adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta la saturación que ya se está produciendo en la infraestructura viaria europea.

 

MARCO LEGAL Y NORMATIVO DEL TRANSPORTE MARÍTIMO. El transporte marítimo está regulado mediante un completo marco legal que se extiende a través de los ámbitos nacional, supranacional e internacional y se aplica a tres distintas áreas de actividad:

— construcción y mantenimiento de los buques

— seguridad en el transporte y operaciones con las cargas durante el transporte

— seguridad en las terminales en tierra

Dado el carácter intrínsecamente internacional, del transporte marítimo, sería impracticable que cada país tuviera sus propias normas sobre material tales como el proyecto de los buques, evitación de los abordajes, líneas de carga, contaminación, arqueo, titulación de los marinos, etc. Por ello, aunque cada país tiene libertad para elaborar su propia reglamentación marítima, supone una gran ventaja que la mayoría de los países tengan la misma normativa.

 

Por otra parte, de nada sirve la existencia de unas normas si éstas no se cumplen. Para la verificación del cumplimiento de toda esta normativa, existen a su vez tres niveles de control:

Las sociedades de clasificación, organismos a los que el propio sector ha encomendado reglamentar las normas técnicas para la construcción, mantenimiento y operación de los buques. Se encargan de confirmar el cumplimiento de un buque con dichas normas y de expedir los correspondientes “certificados de clase”.

Los Estados de Bandera. El Estado bajo cuya bandera navega el buque es la autoridad jurídica principal que regula las actividades de los buques mercantes, siendo el responsable de regular todos los aspectos del funcionamiento comercial y operativo del buque. Las normas internacionales se elaboran mediante la participación de los Estados de bandera en los tratados y los convenios.

Los Estados ribereños. Un buque está también sometido a las leyes y el control del Estado ribereño en cuyas aguas esté operando. La extensión de las aguas territoriales de cada Estado y el campo de aplicación de la normativa varía de un país a otro.

 

Seguridad en grandes buques de pasaje:

La atención se ha enfocado ahora en los grandes buques de pasaje, los grandes cruceros. Sus características son muy diferentes a las de los ferréis no tienen como aquellos una gran cubierta diáfana para vehículos, que reduce sensiblemente su estabilidad, sino que su casco está muy compartimentado. En buena parte, por ello, estos buques tienen por ahora un historial de seguridad envidiable. Han sufrido todo tipo de accidentes, unos debidos a las fuerzas del mar, otros a errores de navegación, otros a problemas mecánicos o incendios.

Seguridad en graneleros: Los graneleros son buques sencillos que se usan para transportar materiales sólidos a granel, principalmente mineral de hierro, carbón, bauxita, fosfatos, cereales y otros. Se trata de materias relativamente inertes, cuyo transporte no suele presentar riesgos especiales, ni para la seguridad del propio buque ni para el medio ambiente.

Sin embargo, se da la paradoja de que este tipo de buques sufre un nivel de siniestros totales que duplica o triplica el que sufren los petroleros, a pesar de que éstos últimos transportan cargas potencialmente más peligrosas.

 

El transporte marítimo: modo seguro y sostenible. En primer lugar, está extremadamente regulado en el ámbito internacional, lo que lo convierte en el medio de transporte más seguro y respetuoso con el medio ambiente, Es decir, deberá permitir obtener una movilidad, contribuyendo así al bienestar y al desarrollo económico y social, sin por ello: Agotar los recursos naturales. Destruir el medio ambiente. Dañar la salud humana.

objetivos generales: Reequilibrio modal, aumentando la cuota de los modos con mayor capacidad de crecimiento sostenible. Reducción del consumo energético. Reducción de las emisiones y residuos. Refuerzo de la seguridad.

El transporte marítimo es la elección lógica para ello por muchos motivos: su infraestructura no está saturada y admite elevadas tasas de crecimiento, su consumo energético específico es reducido, sus estadísticas de seguridad son excelentes, etc.