El principio de lo devengado es una norma contable que establece que las transacciones se registran en el momento en que ocurren, independientemente de la fecha de su pago o de su cobro, es el reconocimiento de las pérdidas y ganancias en función del tiempo, independientemente de haberlas pagado o cobrado. Es un principio contable fundamental, el objetivo de este, es que las cuentas anuales de una empresa reflejen con claridad el patrimonio, la situación financiera y los resultados económicos conseguidos por ésta en ese periodo, imputando los gastos e ingresos al periodo en que las cuentas anuales se refieran y afecten al mismo, sin importar el momento de su cobro o pago.
Aunque una compañía tenga un ingreso o un gasto que todavía no se ha cobrado o pagado, la operación se tiene que contabilizar en el momento en que se hace y no cuando haya movimiento de dinero, no cuando se cobre o se pague. Este principio asegura que en cada año contable, la empresa lleve a la cuenta de resultados (cuenta de pérdidas o ganancias) exclusivamente los gastos e ingresos que se correspondan con ese periodo.
El principio de lo devengado nos brinda un criterio para imputar los gastos y los ingresos de manera temporal, de acuerdo con la corriente real de servicios y bienes. Al aplicar esto a la contabilidad, obtenemos una serie de datos más relevantes y precisos.
Es importante señalar que el principio de lo devengado y el de caja son dos métodos que utilizan las empresas para su gestión, para el reconocimiento de sus ingresos y de sus gastos. Según lo establecido por el principio de caja, estos dos movimientos deben imputarse de acuerdo con la corriente monetaria, un concepto que también se conoce con el nombre de flujo monetario y que hace referencia al flujo de dinero que comienza con el pago que los consumidores realizan a las empresas por los bienes y servicios que les brindan y termina cuando los trabajadores lo reciben.
El reto del manejo del flujo de caja dentro de un negocio radica en entender la diferencia entre los criterios contables de lo percibido y lo devengado. Sin embargo, esto simplemente podría reflejar una importante acumulación de cuentas por cobrar, lo que compromete la capacidad de cumplir con los compromisos de corto plazo
Es una situación común y conocida que las empresas pequeñas se enfrentan a un gran reto al facturar a clientes importantes, ya que debido al criterio contable devengado tienen que reportar sus ingresos en el mes que facturan, aunque no hayan cobrado el efectivo. A la hora de pagar la autoridad tributaria exige de todas formas sus impuestos, sin observar la diferencia entre lo percibido y lo devengado.
Mientras los agentes económicos tengan la facultad para entender la diferencia entre estos dos enfoques de contabilidad, tienen mejores herramientas para gestionar tanto sus finanzas personales como sus emprendimientos.