El exceso de carteles lumínicos provoca el estrés entre los turistas y porteños de la Ciudad
El exceso de letreros viales y publicidad que se despliega en la ciudad de Buenos Aires altera el estado de ánimo de los porteños; inquietud por la gran cantidad de avisos que no dejan admirar el paisaje.
Los carteles LED azules, con nombres de calles, que cuelgan en medio de las principales avenidas de la ciudad, ya despertaron una serie de cuestionamientos entre los expertos en medio ambiente. Los consideran otro elemento más que provoca contaminación visual. Es que a los semáforos y diferentes tipos de luminarias (clásicas y modernas) que están la vía pública hay que sumarles últimamente banderines amarillos, los anuncios/propaganda del gobierno, también amarillos, en innumerables obras públicas, las luces de los refugios de Metrobus, las gigantografías Grandes como CocaCola, cartel Grande en el obelisco y la permanente y desordenada aparición de avisos lumínicos publicitarios durante la noche.
Buenos Aires es considerada la cuarta entre las de mayor contaminación sonora del mundo. Y ahora, a la contaminación provocada por diferentes ruidos se suma otro tipo de contaminación: la visual. Según los especialistas, en estos momentos tenemos un «muy alto grado de contaminación visual».
Por otro lado, los LED provocan contaminación lumínica, que es la que corresponde a la alteración de los ritmos biológicos. «A nivel sociológico, si vivo en zonas con sobrecarga perceptual y lumínica, probablemente tenga trastornos de conducta».
Además, en Buenos Aires, durante la noche, es muy difícil observar las estrellas, especialmente en algunas esquinas, como avenida Cabildo y Juramento o 9 de Julio y Corrientes. «Cuando se pone el sol, el ser humano descansa. Se deben apagar las luminarias. Si vivo en algunas de esas esquinas, de noche no se pueden dormir