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Asbesto – un monstruo silencioso – por Karina Failla

Por lo general, antes de salir de casa, a la mañana encendemos la tele y ya no nos sorprende escuchar que tal línea de colectivos no funciona, que tal tren tiene demoras o cual línea de subterráneos hizo un paro sorpresivo por “x” motivo. Pero esta vez, los empleados del subterráneo fueron noticia, no por un conflicto gremial, sino porque estaban preocupados. Los titulares enunciaban:

Buscan determinar si son afectados por el asbesto presente en los vagones. Análisis clínicos a 200 trabajadores del subte”.

Realmente es alarmante, pero ante la realidad es importante informarse y tratar de entender de qué se trata.

Empecemos por conocer un poco más sobre la sustancia y sus peligros.

El asbesto es el nombre que se le da a un grupo de minerales de origen natural que se encuentran en el medio ambiente, es un material poco perceptible, en forma de partículas con un tamaño aproximado de 5 (cinco) micrones que permanecen  en el aire en suspensión y además tiene fibras largas que se pueden separar y son resistentes a las altas temperaturas. Se considera un cocarcinógeno, es decir, un agente externo físico, químico o biológico capaz de producir cáncer, como es el tabaco.

El amianto (del cual forma parte el asbesto) es uno de los componentes del fibrocemento, un material de construcción que se ha usado en una gran variedad de productos manufacturados (aislantes, mecánicas, químicas y de resistencia al calor y a las llamas). El simple hecho de estar en contacto con el amianto no supone casi riesgo para la salud pero la situación cambia cuando el contacto es prolongado y se manipula el material de manera que las fibras pasen al aire y sean fácilmente respirables. Esto sucede en derrumbes, corte, taladro, rotura o cuando el material está muy envejecido.

Tipos de asbesto

Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, existen dos tipos principales de asbesto, ambas han sido asociadas al cáncer, sobretodo el mesotelioma pleural y el pulmonar:

Tal como se informara en los noticiarios, esta sustancia se encuentra en una de las piezas  los disruptores, o apagachispas en la jerga del subte. Si se inhala a diario puede afectar el aparato respiratorio, llegando a tapar los pulmones, y hasta puede provocar cáncer y otras enfermedades como:

Se recomienda que para detectar la enfermedad y disminuir los síntomas, las personas que han estado expuestas al asbesto deben someterse a:

Prevención:

Además de reducir el  contacto con el asbesto lo máximo posible, los trabajadores deben llevar equipos de protección apropiados, trajes, mascarillas y es preferible que eviten el tabaco.

Tratamientos

No existe cura, por lo que es muy importante evitar el contacto con el asbesto. La mayoría de los tratamientos para la asbestosis suelen aliviar los síntomas pero no son curativos:

Materiales sustitutos del asbesto

Muchas fibras evaluadas por la OMS para sustituir al crisotilo suponen un peligro relativamente pequeño para la salud humana, aunque algunas de ellas conllevan un alto riesgo cancerígeno. No obstante, existen muchos materiales no fibrosos poco peligrosos que pueden sustituirlo  en varios de sus usos, por ejemplo en  materiales de construcción.

Cuando la empresa no cumple con las normas establecidas en el decreto 351/79, El Anexo I establece como se determina la concentración de fibras de amianto respirables en el ambiente laboral, el Anexo II presenta la metodología para el análisis de la muestra, el Anexo III adjunta el apéndice de la clasificación Internacional de Radiografías de Neumoconiosis de la OIT de 1980, que incluye el equipo y la técnica a emplear para obtener las placas radiográficas respectivas.

El incumplimiento de las normas de seguridad y de prevención, no solo acaban con la vida de una persona, si no se toman las precauciones correspondientes, como la utilización de un doble vestuario para no contaminar con el polvo de los trajes especiales, la ropa de calle del trabajador, ese polvo puede esparcirse en otros ambientes enfermando a más personas.

Cabe recordar que la inhalación de una sola fibra puede ser suficiente para desencadenar un cáncer de pulmón. No existe un nivel seguro de exposición al amianto, salvo el nivel cero de fibras en el ambiente.