«Las empresas son socialmente responsables cuando logran orientar sus actividades hacia la satisfacción de las necesidades y expectativas de sus miembros, de la sociedad y de quienes se benefician de su actividad comercial; así como también, cuidando y protegiendo el entorno en el que viven.”
Hace pocos días el empresario Pancho Dotto, fue entrevistado por Infobae. Esta vez, para los que no lo conocíamos, mostró el perfil comprometido que ha desarrollado Dotto Models S.A. Es sabido que todos sus desfiles y presentaciones dejan marca en el mundo de la moda. Lo novedoso es que también ha dejado huella en otras áreas con menos glamour y si se quiere, menos superficialidad. Como creador y titular de su empresa, valora el camino recorrido por haber podido tender una senda solidaria: «Cada vez que hice algo importante, en cuanto a desfiles, siempre busqué que hubiese alguna causa social para contribuir», señala Dotto.
Una de las actividades solidarias que más disfrutó y a la que más voluntad y corazón le puso
fue sin dudas al Rally de las Princesas, una competencia única en Latinoamérica declarada de interés turístico por el gobierno de Entre Ríos, su provincia natal. La carrera está inspirada en el Rallye des Princesses, que en Francia recorre todos los años la zona de la Costa Azul. En la versión argentina, los binomios se componían de bellas y famosas modelos a las que Dotto convocaba con cierta facilidad. El gran objetivo solidario que tuvo la competencia fue ayudar a la Fundación Crisálida, una institución dedicada a facilitar cuidados paliativos pediátricos. Con la recaudación del rally esta organización pudo construir la sala de oncología. En Entre Ríos no había oncólogos pediatras y los chicos de la provincia tenían que viajar al Hospital de Pediatría Garrahan, en la ciudad de Buenos Aires, para hacerse atender y recibir tratamiento de quimioterapia. Los aportes de la carrera, más lo que sumaron las donaciones y lo recolectado en subastas de obras de artes sirvieron para que los niños no viajaran más y se pudieran quedar en su provincia. La sociedad entre la Fundación con el Rally de las Princesas fue un éxito comercial y solidario.
Las empresas que asumen este concepto, logran alcanzar efectos y resultados exponenciales. Pequeñas o grandes, públicas, privadas o mixtas, desde el rol social que ejercen, plasman su influencia en el medio en el que se desarrollan. Mezquina o generosa, pequeña o grande, su impronta impacta. Se sabe que acorde a su esencia, el fin de toda empresa es generar beneficios, el objetivo ahora, es que esos beneficios no sean solo económicos o unilaterales. Muchas empresas lo han comprendido y asumido. Las empresas son sus personas; todas las que conforman ese mundo laboral, empleados y empleadores, clientes y proveedores, todos, hacia la misma dirección pueden generar grandes logros y resultados positivos en múltiples ámbitos.
No hace falta despojarse de todo para ser solidario, no siempre hay que tener un poder superior o especial para cambiar las cosas. Sea desde nuestro puesto de trabajo, desde nuestros diferentes roles sociales, desde pymes hasta grandes compañías, podemos trascender a nuestras tareas. Simplemente es cuestión de abrirse al abanico de la realidad, enterarse, investigar, comprometerse, QUERER y HACER. Todos podemos ir más allá de la faceta laboral en nuestros trabajos. Podemos darle un sentido y un efecto mucho más amplio a lo cotidiano, ir más allá de generar dinero por el dinero en sí. Como culmina Dotto la nota: “la gente me veía hablar mucho más de Crisálida que de la carrera». El empresario no es solo un buscador de talentos en bruto descubriendo modelos hermosas, también sabe obtener recursos de una actividad caracterizada como frívola, siempre que el objetivo lo merezca.