24 diciembre, 2024

El progresivo aumento de los viajes durante los  últimos años ha dado lugar a la creación de nuevos modelos de transporte. Los viajantes se han vuelto más exigentes y no sólo se conforman con llegar al lugar de destino sino que también quieren hacerlo de la manera más cómoda, rápida y más accesible posible.

La aviación comercial ha experimentado un enorme avance en el desarrollo económico  gracias a la incorporación de las nuevas tecnologías a la industria aeronáutica así como el esfuerzo por la modernización de infraestructuras aeroportuarias y de control de tráfico. El concepto de “low cost” es una auténtica revolución desde la oferta, que ha generado un gran negocio en el sector del transporte aéreo y en el conjunto de la actividad turística.

Las compañías aéreas de bajo coste o “low cost”, son aquellas compañías aéreas que ofrecen sus servicios a tarifas más reducidas que las aerolíneas tradicionales y cuya estrategia se basa en la búsqueda de una mayor eficiencia. Este modelo de compañías ha marcado un antes y un después en el transporte comercial aéreo. Ha hecho que muchas compañías aéreas consolidadas modificaran el enfoque que poseían principalmente sobre concepto de viajar en avión y formularan un nuevo modelo de negocio alterando los servicios ofrecidos durante el vuelo y sus condiciones al trabajar.

Claves del modelo Low Cost:

-Usualmente operan desde aeropuertos regionales secundarios que poseen menores costos de operatividad y congestión, ya que estos poseen menores impuestos aeroportuarios o incluso tienen ayudas financieras de instituciones públicas (como incentivos por traer visitantes que generen ingresos en la zona donde estén situados)

– Menor tiempo de inactividad de las aeronaves  desde que aterriza hasta que despega nuevamente (Unos 25 minutos aproximadamente) Debido a que los aeropuertos en los que trabajan son de menor tamaño, con pistas de operación más cortas y con menor tráfico aéreo, ayuda a las líneas aéreas a evitar retrasos y reducir el tiempo de embarque.

– Vuelos directos, cortos y frecuentes que permiten la utilización máxima de la capacidad del avión.

-Reducción del espacio en el interior del avión, asientos más rígidos y livianos y menos espacio para las piernas. Al haber más filas para pasajeros, las aerolíneas pueden vender más billetes a un menor precio.

– Inexistencia de reserva de asientos. Esto sucede en la mayoría de aerolíneas de bajo costo pero no en todas, ya que en algunas se puede obtener una reserva del mismo con pago adicional al efectuar la compra del vuelo y en otras, conseguir entrada preferente para subir a bordo.

– Único modelo de avión (Airbus A320 o Boeing 737), mayor densidad de asientos en cabina. La flota está estandarizada, le otorga ventajas tanto de seguridad como reducción de costos por un consumo inferior de combustible y ahorros en trabajo de mantenimiento.

– Distribución de billetes a través de canales directos. Sobre todo a través de Internet, evitando gasto de comisiones de los intermediarios, agencias de viaje u otros sistemas de reservas.

-Menos personal: Menos auxiliares de vuelo en la cabina. Debido a que predominan las operaciones de corto y medio plazo no necesitan pagar hoteles para que pernocte la tripulación.

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