Andrés Di Martino es un joven de 20 años que está sembrando un futuro prometedor en el mundo de las bellas artes. El artista, ya supo dar sus primeros pasos en su carrera cuando el pasado año se llevó adelante desde el 28 de Julio hasta el 18 de agosto una exposición de sus cuadros en el Centro Cultural Enrique Uzal. La cual se basaba en, como lo indica su nombre “Homenaje a Monte”, un tributo a la ciudad San Miguel de Monte de la provincia de Buenos Aires
También tomo parte en la 13º Bienal de arte joven de Santa Fe con la obra llamada Rotativa 1918, una emulación de un dispositivo electrónico usado en los inicios de las imprentas de diarios a través de un sistema de dos cilindros que se mueven mediante un motor y una polea. En esta recreación permite la participación del público por medio de un botón que al ser activado, muestra impresiones intervenidas con acuarela del manifiesto liminar de 1918, el cual consiguió la autonomía universitaria, la extensión universitaria y que la misma sea pública.
Otro de sus reconocimientos fue la participación en el LX Salón Anual de manchas del Museo Sívori. Además, se reconoce su firma en algunos murales en el barrio de San José de Flores.
El estudiante de la Universidad Nacional de Arte que ya llevo adelante su primera muestra gratuita y de libre acceso, se encuentra en el tercer año de la carrera. Aunque al no tener la misma un programa armado, la carrera se prolonga según los tiempos que maneje el estudiante. Respecto al tema expresó: “No estoy apurado en terminar la carrera, pero tampoco quiero que me consuma muchos años, para así estar más libre y hacer otro tipo de estudios. La verdad que en momentos pensé dejar, no porque no pudiera, sino porque la carga teórica es desproporcionada respecto a las horas de taller”.
Si bien, se clasifica a Andrés como a un artista plástico, no podemos encasillarlo en un estilo propio del arte, según lo dicho por el: “Creo que es importante manejar varias disciplinas, diversos modos de expresión. Darle y darle a una sola cosa te hace bueno en eso, pero después no desarrollas otros aspectos y te limita”. Eso lo notamos en sus diversos trabajos, algunos de los cuales se pueden ver en su cuenta de Instagram (@andres.dimartino), donde se pueden ver paisajes en acrílico, realismo en lápiz y autorretratos.
Vemos en el que su actitud tranquila, pausada, se lleva también al trabajo de creación. él mismo lo reafirma autodefiniéndose como alguien a quien le gusta trabajar la idea, investigar, leer, escribir, hacer bocetos, pinturas y luego ver que es lo más apropiado. Además añade: “Me interesa el objeto, el arte electrónico, más tirando a low tech (objetos de baja tecnología), es algo que quiero incursionar más”.
¿Y cuál es tu visión respecto al equilibrio que tiene que manejar un artista en cuanto a la fundamentación y expresión de su trabajo? ¿Cómo fluctúan esas dos partes de la pieza artística? “Ahora se ve mucho en el arte la falta de contenido, es muy superficial, le falta profundidad. Falta algo que sustente al trabajo, si dice o no mueve nada es un objeto decorativo, nada más. Dejar que la obra hable por si sola es lo que importa. La obra, no uno. Después de todo, lo que ve el espectador es el trabajo”.
Si pero… “Aunque está el otro lado, donde la fundamentación excede la mano de obra y se ven trabajos en donde predomina un texto que respalda la obra muy extenso, que si uno no lo lee, no entiende y luego la obra no tiene la misma dedicación. Tratar de equilibrar el contenido y trabajo es lo importante, que aunque la obra esté fundamentada, no necesite la imagen del texto y viceversa”.
Finalmente le consultamos sobre los proyectos a afrontar de cara al futuro, a lo que respondió: “Con respecto a lo futuro, es algo incierto. Es un trabajo constante. Quizás a veces uno tiene la ilusión de que cuando llega a cierto punto algo se termina, pero el futuro nunca llega. Pero no es que no tenga planes ni metas, trabajo constantemente en ellas. ¿Y cómo manejas la inspiración, la visión a futuro de una obra? Es algo que uno va construyendo en base a como uno se proyecta, y como todo va cambiando. Lo único es que no creo imposible nada, solo hay que perseverar y enfocarse. Ahora hace ya varios meses estoy desarrollando un cuerpo de obra que es el que siento que tiene más pasta, pero en realidad con respecto al proceso creativo, voy rotando. Mientras desarrollo una idea, dejo que decante la otra, cuando se estanca cambio de corriente”.
Sin dudas, el nombre de Andrés Di Martino lo seguiremos escuchando con el paso del tiempo