A través del tiempo y de la historia de nuestro país, hemos sabido reconocer en su extensa geografía la belleza de sus tierras. Pero hubo grandes hombres visionarios que más allá de contemplar y conocer las maravillas naturales de nuestro territorio, procuraron preservarlo como legítimo legado para las generaciones futuras. Francisco Pascasio Moreno fue uno de los artífices principales .El perito Moreno reunió la información científica y las comprobaciones geográficas en el área patagónica, que permitieron, en 1902, resolver los conflictos limítrofes con Chile y afianzar la soberanía argentina Por su contribución, el gobierno le otorgó la posesión de tierras en el sur. Sin embargo, su espíritu lo llevó a cederlas nuevamente a la Nación «para el mejor provecho de las generaciones presentes y de las venideras». En 1922 esa zona se convirtió en el Parque Nacional del Sud, más tarde, Parque Nacional Nahuel Huapi, el primero en el país y uno de los primeros en el mundo. Al hacer esta donación emitió el deseo de que la fisonomía actual del perímetro que abarca no sea alterada y que no se hagan más obras que aquellas que faciliten comodidades para la vida del visitante». Así es como nacían los Parques Nacionales. Hoy día la Administración de Parques Nacionales es el organismo gubernamental a cargo de las áreas naturales protegidas. Entre los objetivos que persigue la gestión de Parques Nacionales, no sólo figura el de garantizar la conservación del patrimonio natural, sino también el de irradiar prácticas de manejo sustentable y el de presentar un atractivo turístico nacional e internacional.
En la actualidad los Parques Nacionales son el motor del turismo en Argentina. Año tras año atraen más visitantes y en promedio crecen más que el resto de los lugares vacacionales. Hay varios motivos para esta tendencia. Uno de ellos es el desarrollo que desde hace ya dos décadas vienen teniendo en infraestructura, conectividad y oferta turística de calidad. Otro factor fue el cambio en los gustos de los viajantes, que cada vez se inclinan más por la naturaleza y menos por la ciudad o la costa. Un ejemplo de esta tendencia es el Parque Nacional Los Glaciares en el Calafate, que capturó en los últimos años gran parte del turismo receptivo extranjero convirtiéndose en un destino de calidad internacional. Años atrás era un pueblo en el medio de la nada, hoy día Calafate es una ciudad que vive del turismo, con una amplia oferta de hoteles, alojamientos, gastronomía y actividades en contacto con la naturaleza. Su fácil arribo desde la ciudad de Buenos Aires en avión lo ha convertido en una parada obligatoria para el turista junto con la ciudad de Ushuaia donde también se suele visitar el Parque Nacional Tierra del Fuego, un lugar soñado, al cual se puede arribar con el famoso tren del fin del mundo.
Esta forma alternativa de turismo permite regalarle al visitante una experiencia de contemplación, de paz y de conexión, relajando la mirada con los alucinantes paisajes que ofrece nuestra Argentina.