Icono del sitio El Insignia

Maravilla natural Argentina: Las Cataratas del Iguazú

Las majestuosas Cataratas del Iguazú, elegidas como una de las siete maravillas del mundo, se encuentran en el interior del Parque Nacional Iguazú, creado en 1934 y constituye uno de los primeros de la Argentina. Es un área de preservación de la naturaleza que abarca 67.720 hectáreas en el extremo norte de la Provincia de Misiones, en la República Argentina.

Se trata de un sistema de 275 saltos de agua en plena Selva, ubicados a 17 kilómetros de la desembocadura del Río Iguazú en las aguas del Río Paraná, punto en el cual se encuentran las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay.

Los saltos transcurren a lo largo de acantilados e islotes, repartidos en una media luna que forma este accidente geográfico.

El parque fue Además de su belleza escénica, tiene alto valor científico, ya que brinda el contexto para estudiar especies en peligro de extinción, como el yaguareté. El área es una “escuela” al aire libre donde niños y jóvenes pueden comprender las múltiples relaciones que existen entre los seres vivos. El Parque Nacional Iguazú fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, para la preservación y difusión universal de su importancia natural y cultural excepcional para la herencia común de la humanidad.

En agosto de 1901, marca el inicio de la actividad turística de Iguazú llega la primera excursión turística a las cataratas, entre cuyos viajeros se destacaba Victoria Aguirre, quien ante el fracaso de la excursión por falta de caminos, dona dinero para abrir la ruta por tierra entre Puerto Iguazú y las Cataratas.

El movimiento generado por el turismo es el principal propulsor del desarrollo económico de la región

Miles de turistas visitan el Parque Nacional a diario. Pero esto, ¿es algo positivo o negativo?

La principal contra de que los turistas visiten el parque es la destrucción de la flora y la explotación o el maltrato hacia la fauna, a pesar de que está totalmente prohibido tocar y alimentar a los animales. Los animales del parque saben buscar su propio alimento en la selva; si los humanos los alimentan, se enferman y mueren sus crías, se vuelven agresivos entre ellos y con el resto de los visitantes, revuelven y desparraman la basura y dejan de transportar semillas y algunas plantas no pueden crecer. Otra contra es la cantidad de animales atropellados por la inconsciencia de los visitantes que no respetan las velocidades máximas en la ruta que atraviesa el parque. Además, muchos animales no se sienten cómodos en las zonas del parque donde hay muchos humanos.

Un punto a favor puede ser el conocimiento que adquieren los turistas que visitan el parque, ya que los guías explican muy bien todas las características tanto de la flora y la fauna como de las cataratas y el bioma en sí mismo. Además, comúnmente hace que los visitantes se concienticen sobre valorar más la naturaleza. Las tres formas PRINCIPALES de visitar las cataratas son las siguientes:

 Circuito Inferior: permite ver las cataratas desde abajo en sucesivos miradores. En él hay un sendero que va al embarcadero. Desde allí, hay dos posibilidades: tomar lanchas o gomones para hacer recorridos por el río Iguazú, o tomar un barco para cruzar a la Isla San Martín

Circuito Superior: Un camino de 650 metros en el que se observan las cataratas desde arriba. Este circuito fue ampliado en el 2015 y ahora incluye al segundo salto más importante del sistema: el salto San Martín. Permite una vista vertical y en altura de los rompientes, que es verdaderamente electrizante. Las vistas panorámicas desde las pasarelas y los miradores hacen de la estadía una experiencia inolvidable.

Circuito Garganta del Diablo: Un camino de 2.200 metros (total ida y vuelta) que permite ver el río y las pequeñas islas de selva, y finalmente acercarse a escasos metros del salto más importante y caudaloso (80 metros de altura) del sistema de las cataratas.

Actividades

 Para desarrollar una actividad turística sustentable, se reparquizó el Centro de Atención al Visitante, en la zona del antiguo aeropuerto de Iguazú, con más de 200 especies autóctonas. La naturaleza recuperó naturalmente un espacio 2 kilómetros que, con el correr del tiempo, está recobrando toda su vegetación original y la exuberancia del incomparable paisaje de la selva misionera.

El modelo turístico, demuestra en la práctica ser muy eficaz para potenciar los negocios de las grandes cadenas hoteleras y el patrimonio de funcionarios asociados a actividades afines, pero evidencia ser un modelo que no modifica en absoluto la matriz de la pobreza estructural que azota no sólo a Iguazú, sino a la provincia entera, situándola entre una de las tres provincias con mayores niveles de pobreza en toda la Argentina. Al contexto de pobreza, se suma la exclusión y el despojo al que son sometidos los Pueblos Originarios que habitan en la comuna, en definitiva, los verdaderos dueños de los recursos naturales que hoy generan negocios multimillonarios.