El Proyecto de Separación Iglesia – Estado en la actualidad, llegó a la mente de la sociedad con el Proyecto de la Ley de Interrupción del Embarazo que este año tuvo tanto peso para la Argentina. Como ya sabemos, gracias al enfoque que los medios masivos de comunicación le dieron a todo el asunto, la Ley consiguió una media sanción pero luego fue descartada.
Previo a ello, la opinión pública tuvo muchísimo lugar en todo este movimiento. Por un lado, estaban las personas a favor de la legalización del aborto y por otro, estaban los que se negaban rotundamente y les parecía una locura.
A través de las redes sociales se pudo difundir muchísimo por qué debía hacerse esta ley, la mayoría de la sociedad se proclamaba a favor y todos colgaban su pañuelos verdes e iban a las marchas. Fue un movimiento maravilloso, sin embargo lo impactante de toda esta situación fue más que nada que los argumentos utilizados para negar la legalización fueron todos relacionados con la religión y la Iglesia ¿Por qué creen que sucede esto? Bien, desde el Feminismo se sostiene que la religión busca a la mujer sumisa, esclava, obediente, no debe tener voz ni valor en lo absoluto, lo cual podemos comprobar con los mismos pasajes de La Biblia. La Iglesia ve a la mujer como una incubadora, como un objeto que sólo sirve para la reproducción y no tiene derecho a decidir si quiere o no traer al mundo a una persona.
Todas las personas que se mostraron en contra de este proyecto resultaron resguardarse en La Biblia, como antes mencionamos, mientras que el resto de la sociedad que se proclamaba a favor sostenía que la legalización es un tema de salud pública y no hay lugar para la religiosidad. Los cuerpos gestantes mueren, tienen que poner su vida en riesgo enfrentando horribles consecuencias tanto de salud como sociales porque un grupo de católicos practicantes quiere defender ‘‘la vida del no nacido’’ por sobre todas las cosas, sin importar si la persona que lleva el embarazo quiere someterse a ello o no, si el niño tiene o no las condiciones que merece para tener una vida digna mientras que hay millones de niños en la Argentina muriendo por desnutrición en la calle o solos en un orfanato con pésimas condiciones, los cuales muchísimas veces no logran ser adoptados y cuando cumplen la mayoría de edad tienen que dejar esos lugares y salir a la vida con las manos vacías.
Pero ¿qué tiene que ver esto con el Proyecto de Separación Iglesia – Estado? Simple. La Iglesia siempre tuvo un poder muy importante, por el cual la política está firmemente ligada con ella, aunque lo nieguen. No es casualidad la barbaridad de dinero que cobra el Clero, el cual es sostenido por el Estado.
Más allá de lo que dice la sociedad, los políticos que votaron en contra de la legalización del aborto lo hacían por su religión, entre otras cosas. Pero la política NO puede estar ligada con la Iglesia. Todos los días muere gente por la ilegalidad del aborto y nuestros políticos ¿quienes nos gobiernan y tienen que cuidarnos nos exponen a esto solo por el hecho de ser religiosos? NO, su accionar es erróneo. La Iglesia NO puede opinar en estos asuntos, no puede proclamarse en contra de una problemática social de este estilo. Las Iglesias tienen que predicar sus ideales sólo dentro de sus catedrales, no en asuntos como éste.
Se vio en todos lados como la Iglesia impulsaba a sus seguidores a oponerse y marchar al respecto, cuando esto es un asunto que no les compete en lo absoluto. La Iglesia es financiada por el Estado, como antes mencionamos, lo cual da lugar a que ésta pueda opinar sobre estos debates y ejercer su pensamiento y luego, accionar, por sobre gente que no tiene sus mismas creencias.
Entonces se exige la Separación Iglesia – Estado para que el Estado Argentino sea laico y las personas que no practican ninguna religión no estén obligadas ni sean penalizadas por actuar distinto a lo que se predica en ella. Este proyecto se pedía hace muchos años también, como la legalización del aborto, a los cuales la Iglesia se proclama en contra y simplemente por esa razón, pasan los años y lo que solicita la sociedad no es escuchado porque la incidencia de esa institución es más fuerte que lo que el pueblo necesita y exige.
Las leyes políticas están ligadas a la religión cuando hoy en día, la mayoría de la población no quiere regirse con las normas que esta dicta ¿Por qué si alguien, ya sea practicante o no, no podría abortar porque la Iglesia dice que es un pecado? ¿Cómo puede ser que nuestro gobierno le haga más caso a lo que la misma dicta antes que a sus ciudadanos? Si la Iglesia dice que algo es un pecado, hay una ley que lo prohíbe, se penaliza a alguien que no quiere regir la vida religiosa porque La Biblia lo dice. Entonces ¿nos gobiernan los políticos o nos gobierna la religión? A eso queremos llegar, a que la Iglesia no tenga incidencia por sobre la política. La misma se presentó en contra de muchísimos acontecimientos sociales como la Ley del Divorcio Vincular, la del Matrimonio Igualitario, entre otros, lo cual hizo muy difícil que esas leyes salieran. La Iglesia atrasa, la Iglesia prohíbe y discrimina, nuestras políticas no pueden estar ligadas con estas instituciones. Hay que separarlas.