La corriente eléctrica es el flujo de carga eléctrica que recorre un material. Se debe al movimiento de las cargas (normalmente electrones) en el interior del mismo. Al caudal de corriente (cantidad de carga por unidad de tiempo) se lo denomina intensidad de corriente eléctrica. En el Sistema Internacional de Unidades se expresa en C/s (culombios sobre segundo), unidad que se denomina amperio (A). Una corriente eléctrica, puesto que se trata de un movimiento de cargas, produce un campo magnético, un fenómeno que puede aprovecharse en el electroimán. El instrumento usado para medir la intensidad de la corriente eléctrica es el galvanómetro que, calibrado en amperios, se llama amperímetro, colocado en serie con el conductor por el que circula la corriente que se desea medir.
La fuerza electromotriz o voltaje inducido es toda causa capaz de mantener una diferencia de potencial entre dos puntos de un circuito abierto o de producir una corriente eléctrica en un circuito cerrado.
Se le denomina resistencia eléctrica a la oposición al flujo de electrones al moverse a través de un conductor.
La ley de Ohm, es una ley básica de los circuitos eléctricos. Establece que la diferencia de potencial V que aplicamos entre los extremos de un conductor determinado es proporcional a la intensidad de la corriente I que circula por el citado conductor. Ohm completó la ley introduciendo la noción de resistencia eléctrica R; que es el factor de proporcionalidad que aparece en la relación entre V I: (V=R x I)
La fórmula anterior se conoce como fórmula general de la ley de Ohm, y en la misma, V corresponde a la diferencia de potencial, R a la resistencia e I a la intensidad de la corriente. Las unidades de esas tres magnitudes en el sistema internacional de unidades son, respectivamente, voltios (V), ohmios (?) y amperios (A).
Todo aparato eléctrico está formado por circuitos que no funcionarían sin la armoniosa interacción de tres elementos: corriente, tensión y resistencia, que se relacionan y calculan mediante la ecuación que sustenta la Ley de Ohm: I = V/R, donde I = corriente, V = tensión (voltaje) y R=resistencia, una fórmula que establece que, en un circuito eléctrico, la corriente que fluye por él es directamente proporcional a la tensión eléctrica e inversamente proporcional a la resistencia de dicho circuito. Es decir, la corriente aumenta si aumenta el voltaje, o disminuye si disminuye el voltaje, pero si la resistencia aumenta, la corriente disminuye y si la resistencia disminuye aumenta la corriente.
Gracias a su fórmula se puede ver la relación que hay entre los parámetros más relevantes como lo son: corriente, el voltaje y la resistencia. Es importante porque independientemente de lo sencillo o amplio del circuito, se puede anticipar el comportamiento de la electricidad dentro del mismo antes de conectarlo. Una vez se tenga conocimiento de al menos dos de los parámetros mencionados anteriormente.
Por otra parte, si no se ha conectado eléctricamente el circuito, aun así se puede validar el desempeño de la corriente o del circuito, según lo indique la placa del motor o el equipo utilizado en dicho circuito.
Los instrumentos utilizados en un circuito donde se aplica la Ley de Ohm que se utilizan para trabajar y comprobar el buen funcionamiento de cualquier circuito eléctrico so: el wattmetro, el amperímetro y el voltímetro. Sin embargo, se puede sustituir por el multímetro, que es un aparato más completo.
El Multímetro o tester, es un aparato digital o analógico, que permite medir las distintas magnitudes o parámetros dentro de un circuito. Entre las más habituales, se puede mencionar: la tensión o corriente o tensión continúa (DC) y la corriente alterna (AC), así como también resistencia.
Es importante para el técnico en seguridad e higiene el conocimiento de los principios físicos de la corriente eléctrica, su lectura e interpretación para poder realizar su tarea como prevencionista. La ley de Ohm provee el conocimiento del principio básico del funcionamiento de los circuitos eléctricos.