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LÓPEZ GODOY MANUEL – DOMINACIÓN Y AUTORIDAD EN RECURSOS HUMANOS

En una empresa hace falta una cierta organización, un cierto tipo de  autoridad para que se realize todo en orden y en ciertos términos, para eso utilizamos la sociología en ciertos aspectos, como Max Weber lo afirma, analizó las formas de dominación o autoridad que legitimaban la obediencia por parte de un grupo determinado de personas que constituyeran alguna forma de asociación, dentro de las cuales también ubicaba al estado. Para explicar cómo se realizaba o ejecutaba en forma efectiva esta autoridad categorizó las formas que adquiría la administración en cada tipo de dominación. Así llegó a la descripción de lo que él concebía como una burocracia eficaz, aunque sin pretender establecer un modelo a seguir. Pese a ello, las administraciones públicas se estudiaron o prefiguraron en relación o contraste con esta descripción, adoptando no pocas de las características que el prestigioso sociólogo atribuía a las formas burocráticas que describía.

Para esto el autor, habla sobre una incentivación en los trabajadores, motivaciones:

LAS MOTIVACIONES DE LA ACCIÓN HUMANA 

Max Weber sostiene que la Sociología puede ofrecer explicaciones causales precisamente porque se basa en una comprensión de tipo interpretativo. Dicho de otro modo, lo que ha de interpretarse no es la acción en sí misma, sino la significación que tiene para el ser humano. Ese planteamiento le llevará directamente a preguntarse por los motivos que llevan al ser humano a desarrollar acciones que tienen que ver con la autoridad y la dominación: obedecer, someterse, aceptar la validez de terceras personas… La respuesta la hallará en unas construcciones metodológicas que denominó “tipos ideales”.

EL CONCEPTO DE ORDEN LEGÍTIMO

En el desarrollo de las ideas de Weber es sumamente importante observar que el concepto de poder no es presentado al comienzo, sino al final. Comienza con las motivaciones de la acción humana, ya explicadas, para pasar posteriormente a dos conceptos intermedios entre estas y el poder. Nos estamos refiriendo al orden y la legitimidad.

La presentación del concepto en orden, entendido como la organización de un todo y la relación entre sus partes, es un paso decisivo en su análisis pues le permitirá traer a colación la legitimidad.

Para Weber no se puede hablar de orden impuesto sin más, pues todo orden aspira a ser legítimo. En definitiva, no deja ninguna duda en sus escritos de que la clave central del problema de la autoridad es la legitimidad del orden.

Weber habla sobre lo que sería el poder en las empresas, organizaciones, como se trata ese tema o como tratarlo con los empleados, muchos sienten en mayor o menor medida una especie de repulsión ante el concepto “poder” y no es para menos, las imposiciones externas nos suelen parecer injustas. Nos gusta la sensación de tener el control. Ese sentimiento de rechazo es más intenso cuando hablamos de poder político, el más capaz de hacer efectivas sus coacciones. En las últimas décadas la visión que tenemos en las democracias occidentales sobre el poder político ha empeorado. Sentimos a menudo cosas como: el poder corrompe, los políticos solo buscan permanecer en el poder, el poder solo beneficia a los que lo ejercen, etc. La percepción que actualmente tiene el ciudadano medio del poder político es que se trata de algo hipócrita y teatral, una actividad principalmente autointeresada. Motivos no faltan para pensar así, en su ejercicio siempre hay parte de eso. Aún así a muchos (servidor incluido) este poder les parece un mal menor, necesario e incluso hasta cierto punto legítimo. Y con legítimo me refiero a que para ellos ese poder tiene una especie de autoridad que va más allá de la que se impone por el mero uso de la fuerza. No es un hecho menor. Aunque muchas veces este respeto es poco más que un acatamiento pasivo, esta legitimidad es lo que confiere estabilidad (durabilidad) a los sistemas políticos.

Weber sostiene que en toda sociedad humana existen unos determinados sistemas de interacciones e interrelaciones sociales entre los diferentes integrantes que la componen  y  que detrás de estos casi siempre se esconde un sistema estructurado de dominación. En el caso de los regímenes democráticos la dominación proviene de unos representantes legitimados en las urnas y la obediencia se acota a los mandatos ejecutivos y legislativos de éstos. La “voluntariedad” de la dominación es un hecho importante; a diferencia del poder puramente coercitivo que se mantiene principalmente por la imposición, el poder legitimado, la dominación, se mantiene porque los dominados están convencidos de la “positividad” de su obediencia. Es más, hay un cierto reconocimiento de la autoridad del que domina; el subordinado acepta su coerción. Cabe preguntarse cómo surge este convencimiento. Weber plantea que esta legitimación puede surgir, principalmente, de tres fuentes distintas: Legitimación del poder tradicional, legitimación del poder carismática y legitimación del poder legal-racional.

Con esto podemos llegar a la conclusión de lo importante que es está teoría para RRHH debido a todo lo que se cumple gracias a ello, a está teoría y estudio realizado por Max Weber.