Icono del sitio El Insignia

Acerca de Killka

Acerca de Killka

En un lugar abrasado por el sol y los vientos de la cordillera con su imponente paisaje. Un lugar que es también un momento en la vida de quien lo visita. Un lugar donde el respeto por la tierra y las costumbres se hace presente desde la construcción, realizada con materiales naturales, rindiendo homenaje a las raíces de la cultura andina. Así, el espíritu de generaciones pasadas se une a las ilusiones de un futuro mejor, creando un presente en donde la única premisa es disfrutar del paisaje. De la naturaleza. Del arte. Esto es Killka. Esto, y muchas cosas más que no se escriben, se sienten.

La Arquitectura de Killka como continente de la Colección

La idea original en la proyección de Killka fue la de crear un centro de primer nivel tan importante como la bodega misma. El pilar del proyecto fue acentuar la idea de un espacio cultural en el medio de la naturaleza, manteniendo un profundo respeto hacia ella, hacia el medio ambiente y hacia la comunidad mendocina en su conjunto. A nivel conceptual, Killka fue pensado como espacio cultural, para que el visitante pudiera vivenciar todo lo referido a la vitivinicultura y además disfrutar de la valiosa colección de arte argentino contemporáneo y holandés del siglo XIX y XX.

De esta manera, este lugar se convierte en un indiscutido espacio cultural, en donde vino y arte se unen en un ámbito arquitectónico único creado para tal fin.

Recorrido

El recorrido previsto por este centro ingresa por una ancha galería frontal, que se abre totalmente al patio cuadrado central, con piso de agua deslizante y galerías perimetrales. Este espacio de arte tiene murales y esculturas alegóricas al trabajo y al riego del oasis de cultivo. Hacia la izquierda se ingresa a las salas de arte y a la derecha, al salón multipropósito y restaurante. Al fondo del patio se llega al hall de encuentro, donde los visitantes se reúnen en grupos con las guías especializadas, para iniciar la visita a la bodega. Este hall comunica con el pequeño auditorio (donde se presentan filmaciones sobre temas vitivinícolas y culturales), con la administración, la sala de ventas y el restaurante. Desde allí se abre una excepcional vista de la montaña y de la bodega, a la cual se llega caminando por un pequeño viñedo didáctico, con la colección de los cepajes de las viñas de Salentein y una muestra del sistema de riego por goteo, que enseña a comprender, en directo, la transformación ambiental que cambia el desierto en un oasis de cultivo, típicamente mendocino.