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Contaminantes biológicos

Son microorganismos u otros seres vivos que pueden producir enfermedades infecciosas o parasitarias a las personas.

La supervivencia, reproducción, y dispersión al aire de los contaminantes biológicos dependen en gran medida, de las condiciones del entorno en el que se encuentran. Factores tales como la temperatura, la humedad relativa, el movimiento del aire, la luz, las fuentes de alimento y, por descontado, su presencia, van a determinar el grado en que los contaminantes biológicos se encontraran en un ambiente.

En general, las temperaturas bajas inhiben el crecimiento de muchos microorganismos; no obstante, algunos de ellos por ejemplo mohos y levaduras si se desarrollan bien en ambientes fríos. Otras especies microbianas (por ejemplo, aspergillus, legionella, pneumophila o thermoactinomyces vulgaris) alcanzan su desarrollo en temperaturas elevadas.

Los ambientes muy húmedos favorecen el desarrollo de los hongos, de las bacterias y de los ácaros del polvo doméstico, el movimiento del aire contribuye al transporte.

Estos organismos vivos precisan de nutrientes para su supervivencia y desarrollo; estos son muy variados, pero resumiendo se podría decir que el agua y la materia orgánica son los dos recursos principales de que se sirven estos organismos para vivir. Por lo tanto, todos aquellos materiales y estructuras en las que se reúnan esas dos condiciones pueden ser considerados como sustratos colonizables por los microorganismos.

La evaluación de la exposición a cualquier tipo de contaminante biológico debería iniciarse con la recogida de la máxima información posible relativa a las características del trabajo y de su entorno y a las alteraciones de la salud existentes o sospechadas. Esta información a menudo guía por donde deberá transcurrir la investigación.

Clasificación.

Virus:

Enfermedades asociadas a los virus, presentan síntomas bien definidos, por lo que la existencia de una enfermedad es la demostración de que el virus estuvo presente.

Bacterias:

Divididas en grupos; Gram positivo y Gram negativo. Bacterias tipo Gram positivo: corresponden a la flora bacteriana normal humana, pertenecientes a los géneros micrococos y staphilococcus.

Gram negativo: focos de contaminación inusuales, por ejemplo, niveles elevados de oxidasas negativas, fermentadoras de la glucosa sugieren un foco de contaminación de origen gastrointestinal; el foco de la contaminación más común son aguas estancadas y contaminadas.

Endotoxinas:

Son componentes de las membranas externas de las bacterias Gram negativas. Son compuestos altamente tóxicos, causan fiebre y malestar, alteraciones en el número de leucocitos, alteraciones respiratorias.

Hongos:

El origen de los hongos que habitualmente se encuentran en los ambientes interiores es mayoritariamente del exterior. Se buscará el control del ambiente, dependen fundamentalmente de sistemas de ventilación. Una correcta ventilación nos asegura menos cantidad de hongos en el interior con respecto al exterior.

Micotoxinas:

En el proceso de destrucción de la materia orgánica, fuente de energía de los hongos, se producen micotoxinas; algunos son tóxicos para las bacterias (antibióticos) mientras que otros lo son para los animales y los seres humanos (micotoxinas: tricotecenos y aflatoxinas).

Vías de penetración al organismo.

Cuando las condiciones de trabajo puedan ocasionar que se introduzcan en el cuerpo humano, los contaminantes biológicos pueden provocar en el mismo un daño de forma inmediata o a largo plazo generando una intoxicación aguda o una enfermedad profesional al paso de los años.

 

 

Prevenciones básicas.