24 noviembre, 2024

El 30 de noviembre de 2004, al rededor de las 23:50 horas, en Bartolome Mitre 3060, ubicado en el barrio de Once, se produjo la peor tragedia no natural de la historia. Donde miles de personas presenciarán un recital de rock de Callejeros. 20:40 horas, un productor del boliche pidió por favor que no prendieran bengalas, lo que advirtió que no quería una masacre, ni tampoco lo que había sucedido en el Shopping de Paraguay unos meses antes.

Durante el primer tema, uno de los integrantes del evento prendió una bengala. Las lonas del techo empezaron a caer encendidas sobre la gente. Lo que provocó el incendio inmediato de una de las media sobra (tela plástica inflamable) ubicada en el techo del establecimiento, provocando la muerte de 194 personas y dejando un total de al menos 1432 heridos más. Hallaron 27 personas muertas dentro del lugar, y las 148 restantes fallecieron en las calles o en los hospitales a los que los derivaron.

Dentro del establecimiento se encontraron cuerpos de dos menores, entre ellos un bebé, donde se sospechaba que el baño de damas funcionaba como una virtual guardería. Las principales causas de muerte fueron quemaduras de las vías respiratorias por inhalación de gas caliente e inhalación de monóxido de carbono.

El lugar se encontraba habilitado como Local Bailable clase C, no como anexo a otro establecimiento, ya que la puerta alternativa daba al estacionamiento de un hotel. El mismo, estaba habilitado para 1031 personas, sin embargo, esa noche asistieron 4500. Cromagnon cuenta con un cuadrado central de 35×30 metros, un escenario de 14 metros de ancho u 6 metros de profundidad. Con un VIP, cinco barras y tres baños. El local contaba con una entrada principal de dos portones y una salida de emergencias. Ambas daban al hall, y desde allí se podía acceder al salón principal a través de seis puertas tipo cine. La salida alternativa era un portón de dos hojas de 2.5 metros de ancho y 3.6 de alto. La cual al momento del incendio se encontraban cerradas con candado y atadas con alambres.

                          

Además, de los quince matafuegos que existían en el lugar, diez de ellos se encontraban despresurizados. Todo tipo de evento donde asistan más de 100 personas debe tener por obligación, como mínimo, una ambulancia en la puerta, la cual no estaba.

El lugar del espectáculo no estaba en condiciones dijo el supuesto dueño del boliche cinco minutos antes de que empiece el evento. Según el jefe de gobierno, el día 25 de noviembre debía haber ido un inspector a verificar el certificado de habilitación. Lo cual debía haberlo clausurado por tener la habilitación de bomberos caducada.

En momentos como este, se debe realizar un análisis de daños previos a la puesta en marcha. Hay que trabajar sobre lo seguro. Actuar con urgencia. Se debe trabajar con rapidez y comunicar a corto plazo. Pero por sobretodo, no esconderse detrás del problema. Lo que el Relacionista Público debió haber hecho en este caso, es actuar de forma rápida, transparente y honesta. Ya que se sabía que el lugar no era apto para hacer eventos, ellos lo hicieron sin importarles nada.
Se debe crear una estrategia de comunicación con dirección bien clara y definida.  Es importante que la comunicación con los medios sea constante, amable y fluida. Es necesario potenciar las noticias positivas que vayan surgiendo como también equilibrar las negativas.

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