Sin dudas el hombre es un ser social, es por eso que a lo largo de su vida va formando distintos grupos, muchos de ellos perduran en el tiempo y otros son circunstanciales o de conveniencia. Un claro ejemplo de los que perduran en el tiempo es la familia, lo que conocemos como grupo primario. Son pocos lo que conservan sus grupos de amistades de la infancia, otros grupos son circunstanciales por ejemplo los de trabajo o los que se forman a lo largo de la cursada de un cuatrimestre que se disuelven ni bien se deja de frecuentar o travesar la misma situación.
Muchas veces no somos conscientes de los distintos grupos que integramos, un individuo puede integrar un grupo familiar, de trabajo, estudio, actividad recreativa y amigos. Pero en cada grupo el sujeto no cumple el mismo “rol” ni actúa de la misma manera. Esto se debe a que tenemos la capacidad de adaptarnos y comportarnos de acuerdo al contexto y al clima de confianza que se genere.
María tiene 27 años y se encarga del sector de administración en una mediana empresa, con sus compañeros de trabajo mantienen un trato diferente, sus compañeros sienten un cierto resquemor hacia ella porque siente tiene una cara seria y enfocada en su trabajo. Al llegar a su casa el rostro de María se ilumina al ver a su pequeña hija correr a sus brazos, siempre la abraza y expresa todo su amor, luego se ocupa de las tareas del hogar y ayuda a su hija a realizar las tareas escolares. Mantiene una rutina para ayudar a fomentar el orden y la responsabilidad a su pequeña.
Ella tiene una función en su grupo o bien se definiría como orientador, estimulador, o dinamizador es así como la reconocerían sus amigos
Todos los viernes se junta con un grupo de amigas que conserva de la secundaria; en la semana mantienen una conversación fluida por un grupo de whatsapp en la que organizan el evento de los viernes. Ella siempre es la que genera el diálogo y hace bromas, Juana solo se limita a confirmar su asistencia o contestar muy puntual a dichas conversaciones, en cambio Renata potencia el humor de María y se la pasan haciendo chistes que solo ellas pueden comprender, Mariel siempre trata de el grupo conserve los buenos modos, cosa imposible para María y Renata que bromean corriente rozando lo vulgar y no paran de reír.
María jamás sería vulgar en su grupo de trabajo ni con su hija, y si un viernes llegara al encuentro con cara seria, sus amigas se preocuparían o preguntarían el motivo ya que para ellas no es común.
Así es como todos somos un poco María, integrando distintos grupos y comportándonos un poco diferente en cada uno, hay grupos que estimulan un cierto rasgo de nuestra personalidad y otros que la inhiben, o también que generan nuevas características o hábitos. Es nuestro el trabajo de distinguir como actuar en cada uno, cual nos conviene seguir manteniendo o cual dejar de integrar.
A pesar de todo esto existe algo mayor referido a lo político-social, que regula al sujeto para que podamos convivir en armonía como ciudadanos y a ese grupo nadie esta excento.