Las cifras en nuestro país de la pobreza y la indigencia son relevantes, a través de varios estudios que se realizaron se demuestra como avanza día a día esta problemática:
En la Ciudad de Buenos Aires, Según un informe de la Oficina de Estadísticas del gobierno porteño el 18,9% de los habitantes se ubicaron por debajo de la línea de pobreza, y de ese total el 5% era indigente. Esto es, 578.000 personas, sobre algo más de 3.000.000 de habitantes de la Capital, son pobres, y de ese subtotal 154.000 son indigentes.
El Informe señala que hay otras 542.000 personas (17,7% del total) que pertenecen a los sectores “no pobres vulnerables” y a la “clase media frágil”, así definidos porque ante una eventual disminución del poder adquisitivo de los ingresos familiares, por ejemplo, la suba de precios o la pérdida del empleo de alguno de sus miembros, tienen una probabilidad alta de caer en los estratos más bajos. También señala que la clase media abarca al 52% de los porteños ( 1.592.000 personas), mientras “los sectores acomodados de la Ciudad representan el 11,3% de las personas ( 346.000 personas)”.
A nivel Nacional, la situación de los menores de edad, Según un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPRES) hay un total de 6.000.000 de menores de 17 años pobres y unos 1.300.000 niños que son indigentes en TODO EL PAIS, es decir que 46 de cada 100 chicos de entre 0 y 17 años viven en la pobreza o la indigencia. El estudio pertenece al último trimestre del 2016 y fue realizado en base a la metodología del INDEC y al análisis de las canastas básicas alimentarias calculadas por dicha institución.
A nivel nacional, los argentinos, Según un estudio de la UCA (Universidad Católica Argentina) que muestra las dimensiones de la pobreza, uno de cada diez hogares no tiene los recursos necesarios para alimentar a todos sus integrantes, que en conjunto son 6.000.0000 personas.
Durante los primeros nueve meses de 2016, la pobreza subió del 29% al 32,9%, “lo que significa un aumento de 1,5 millones de nuevos pobres”, y totalizan “cerca de 13 millones de personas que viven por debajo de la línea pobreza” En tanto, de ese total, la indigencia creció “en alrededor de 600.000 personas en situación de indigencia”
La indigencia es el ingreso insuficiente para cubrir una canasta básica de alimentos de costos mínimos y con la mínima calidad de alimentación que tiene un individuo o un hogar. Quienes no puedan adquirir esta canasta básica son considerados indigentes.
Una Canasta Básica de Alimentos(CBA)se determina en función de los hábitos de consumo de la población y de los requisitos kilocaloricos y proteicos que la misma necesita. Una vez que se establecen los componentes de la CBA se les coloca un valor, un precio y se conforma un un Índice de Precios al Indigente.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos(INDEC) el precio oficial una CBA es de $5.798,57 para a un «grupo familiar tipo» integrado por dos adultos y por dos menores.
Hay quienes consideran que las personas con ingresos inferiores al salario mínimo, vital y móvil (SMVM) son indigentes pero en diferente medida, ya que se entiende que no cuenta con los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas, pero en realidad estas personas son consideras pobres.
La pobreza se mide a través del SMVM que actualmente es de $8060 se supone que con el este monto de ingresos una persona puede adquirir una CBA, tener acceso a una vivienda, educación, asistencia médica y acceso al agua potable. Si hay falta de alguno de estos conceptos, hay situación de pobreza.
Por este motivo el INDEC pretende definir y establecer un concepto de línea de indigencia y de pobreza.
La “línea de indigencia” (LI) establece si los hogares cuentan con ingresos suficientes para cubrir una CBA que satisfaga un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. En cambio, la “línea de pobreza” (LP) consiste en establecer, a partir de los ingresos de los hogares, si estos tienen capacidad de satisfacer el valor de una CBA más la inclusión de bienes y servicios no alimentarios, como vestimenta, transporte, educación, salud, entre otros, con el fin de obtener el valor de la Canasta Básica Total (CBT).
En conclusión y analizando los diferentes datos y conceptos sobre la pobreza e indigencia yo creo que las cifras son alarmantes. Es una obligación del Estado, gobierne quien gobierne, como parte de su deber de proteger a sus ciudadanos. Estos conceptos de pobreza/indigencia van más allá de un simple problema : se trata de una cuestión de decencia humana. Esto no se va a solucionar de un día para otro, se necesita mejorar las condiciones de hábitat, de salud, de seguridad y demás dimensiones que las personas merecen y así vivan de acuerdo con los derechos que marca la Constitución.
Se puede suponer que una persona puede tener ingresos porque se los transfieren a través de un programa social o consiguió una «changa» y por lo tanto deja de ser indigente o pobre. Pero si el día de mañana hay un shock inflacionario(aumento de precios) o hay una recesión mayor que la de ahora(caída el nivel de actividad comercial), o pierde la «changa» esa persona pasa de nuevo a la indigencia/pobreza. esto sucede porque en realidad, esa persona nunca dejó de ser pobre porque no tenía un trabajo digno, por eso se necesita que la economía comience a crecer, para poder generar trabajo de calidad y así mejorar las condiciones de vida de las personas. Como ya mencioné creo esto no se va a solucionar de manera simple, conlleva tiempo y se necesita que haya un gran debate a nivel nacional para definir la pobreza e indigencia en sus diferentes dimensiones, y a partir de ahí fijar metas para bajarla a través de políticas que mejoren la calidad de vida de quienes la padecen.