La Corte del Distrito Este de Nueva York difundió el documento con la acusación de los fiscales contra Odebrecht en el proceso que culminó con la declaración de culpabilidad de la constructora y el acuerdo para reparar a Estados Unidos, Suiza y Brasil con el pago de multas por USD 2.600 millones.
El texto contiene un apartado que se titula «Visión general del esquema de sobornos» y advierte que, entre 2001 y 2016, Odebrecht y sus «coconspiradores» acordaron proveer cientos de millones de dólares en pagos a partidos políticos, funcionarios públicos y candidatos políticos extranjeros para asegurarse una ventaja e influencia.
Durante ese período, Odebrecht pagó aproximadamente USD 788 millones en sobornos asociados a más de 100 proyectos en 12 países: Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.
Para profundizar la red de coimas, «Odebrecht y sus conspiradores» crearon una compleja estructura financiera secreta que operó para contar y desembolsar los pagos para los beneficiados extranjeros. Con el tiempo, el sistema evolucionó y en 2016 Odebrecht estableció la División de Operaciones Estructuradas, una sección independiente de la constructora que funcionó como un»departamento de sobornos», como señala el texto de la acusación.
La División utilizó, para llevar a cabo sus actividades ilegales, un aparato de comunicación no registrado en los libros oficiales (off-book) llamado Drousys, que permitió a los miembros de la estructura comunicarse entre sí las transacciones, con correos electrónicos seguros y mensajes instantáneos, utilizando nombres en código y claves.
La División de Operaciones Estructuradas se manejaba «en las sombras» a través de dos programas informáticos: el sistema MyWebDay, utilizado para hacer pedidos de pagos, procesos de transferencias y generar hojas de cálculo que controlaran el presupuesto oculto de la empresa; y el sistema Drousys, que permitía las comunicaciones de los miembros de la red.
De esta forma, Odebrecht concretó sobornos por USD 788 millones para asegurarse ilegalmente proyectos en multiples países y consiguió beneficiarse con negocios que le generaron una ganancia de aproximadamente USD 3.336 millones.
Muchas de las transacciones se hicieron a través de entidades offshore y cuentas bancarias por todo el mundo. Los fondos ilícitos solían tener cuatro escalas por estos paraísos fiscales hasta llegar a su destino final.
Según la investigación de los fiscales estadounidenses, Odebrecht movilizó USD 349 millones en sobornos en Brasil, que le generaron USD 1.900 millones de beneficios, y USD 439 millones entre los otros 11 países involucrados, que le rindieron USD 1.400 millones.