Hay vinos elaborados para el consumo fresco (muchos blancos, rosados, espumosos, y jovenes) a los que la edad perjudica, pues están producidos para consumirlos en 1 año. Pero hay otros que se elaboran con el propósito de un envejecimiento a través de los años, tanto en barrica como en botella.
La vida de un vino tiene un límite. Hay una evolución ascendente en la calidad del vino hasta que llega a su mayor expresión, pero a partir de ahí se inicia una bajada de la calidad. Es difícil que el punto de máxima calidad supere los 15 ó 20 años.