El fumar tiene una gran variedad de efectos dañinos sobre la salud y afecta a casi todos los órganos del cuerpo. Pero uno de los órganos que más se ve afectado son los pulmones de un fumador.
Esto es evidente debido a que este órgano entra en contacto directo con el humo del cigarrillo. Los pulmones son los órganos del cuerpo encargados de la respiración. Están diseñados para llevar el oxígeno que contiene el aire que respiramos a la corriente sanguínea. Los pulmones se encuentran divididos en lóbulos.
Cuando alguien comienza a fumar esto causa la irritación de las células que recubren los conductos de aire en los pulmones (los bronquios y bronquiolos) Una de las respuestas básicas del cuerpo humano ante esta situación en los pulmones de un fumador es la producción de moco. Este moco puede reducir el diámetro de las tuberías de los pulmones porque resulta más difícil respirar. ¿Has oído hablar de la “tos del fumador”? Pues esa expresión hace referencia a cuando un fumador tose ese moco.
En una persona que se encuentra sana hay células que recubren los pulmones y las vías respiratorias superiores que tienen pequeñas proyecciones similares a pelos llamadas cilios. Estos se encargan de mover el polvo y las impurezas fuera de los pulmones. Fumar mata estas células lo que provoca que la función de limpieza de la que se encargan ya no se lleve a cabo.
Debido a esto en los pulmones de un fumador el polvo y las partículas se acumulan. Esta es una de las razones por la que los fumadores se quejan muy a menudo de sufrir enfermedades respiratorias.
Uno de los gases que se encuentra en el humo que produce el cigarrillo es el monóxido de carbono. Este gas interfiere con el proceso natural de oxigenación de la sangre que se lleva a cabo en los pulmones. De hecho si usted inhala demasiado monóxido de carbono podría sofocarse, hasta incluso podría morir.
Este gas se encuentra presente en los gases de escape que producen los automóviles y es responsable de la muerte de muchas personas cada año. Incluso hay personas que lo utilizan como forma para suicidarse.
Los sacos de aire, que se encuentran en los pulmones, se llaman alveolos y son los encargados de pasar el oxígeno a la sangre. Estos alveolos tienen una gran superficie (aproximadamente el tamaño de una cancha de tenis) Cada vez que usted fuma mata a algunos de estos alveolos. Estos sacos no pueden volver a crecer por lo que una vez que se destruyen no hay forma de recuperarlos.
Debido a estos daños que reciben los pulmones de un fumador es que muchos tienen dificultades ante los menores esfuerzos como al caminar o subir escaleras.
Los efectos a largo plazo del tabaco sobre los pulmones de un fumador son bien conocidos. El cáncer en los pulmones se debe en gran medida al consumo de tabaco. Se calcula que aproximadamente el 87% de los casos de cáncer de pulmón en los Estados Unidos están relacionados con el tabaquismo.
El tabaquismo es la principal causa detrás de una condición llamada EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) A los pacientes que sufren de esta condición les resulta muy difícil respirar debido a que sus vías respiratorias se encuentran obstruidas.