“Dos por uno”
La masiva reacción negativa ante el fallo de la corte sobre un caso de dos por uno.
En la justicia hay problemas más urgentes, como la lentitud de los jueces y su corrupción. Pero este caso va a lo hondo, pues revela que aunque crea lo contrario, la mayoría de los argentinos no conoce la ley ni la respeta.
Las organizaciones de derechos humanos se inclinaron hacia la venganza.
La jurisprudencia sobre delitos de lesa humanidad robusteció la idea de que hay caso exepcionales,en los que la justicia debe ser maleable y debe acercarse al sentimiento o a la creencia de las mayorías. Por esta combinación de factores los juicios de lesa humanida,que podrían haber vuelto a reunir la justicia con los principios.
El reciente fallo de la corte del dos por uno constituyo una excepción en esta deriva y alentó la esperanza de retornar, en este campo, al estado de derecho. La ley, que fue derogada, compensaba el tiempo excesivo de una prisión preventiva modificando el computo de la pena.
El dos por uno ha sido aplicado hasta en los casos más horrendos, pues el artículo 2 del código penal no prevé excepciones al principio de la ley penal más benigna. Tampoco las prevé el estatuto de roma, de la corte penal internacional. Su misión es en el fondo simple :aplicar la misma ley para todos y fortalecer, contra viento y marea, los principios básicos del derecho muy especialmente en lo que hace a las garantías personales. La mayoría de los argentinos parece reacia a pagarlos. Esto no solo les ocurre a quienes conocen poco de leyes. También a otros que, conociéndolas perfectamente, no se animan a ir en contra de la corriente, porque no tienen sus principios puestos donde corresponden. El saber no viene unido necesariamente con la entereza moral.
Aceptar el fallo de la corte implicaba una renuncia tanto a valores elevados como a satisfacciones menos confesables. Aceptar la aplicación del dos por uno a un personaje particularmente deleznable habría sido una prueba de estar realmente dispuesto a vivir según la ley a pagar sus costos.
No fue asi,se trató de una oportunidad perdida. Pero no debemos resignarnos. Como decía sarmiento. Las contradicciones se vencen a fuerza de contradecirlas. Necesitamos que se oigan las voces de quienes se animen a pensar y hablar contra la corriente, como lo hicieron los tres jueces de la corte.