Las rutas argentinas cuentan con 37.740 kilómetros y 600.000 kilómetros de carreteras municipales, y la capital, Buenos Aires, se encuentra interconectada con las principales ciudades y regiones del país.
Se estima en 7.175.370 el número de vehículos que forman el parque automovilístico argentino, distribuido en 5.325.231 de automóviles, 1.370.312 de vehículos livianos, 417.042 de carga y 62.785 para transporte de pasajeros.
El sistema ferroviario fue privatizado a comienzos de la década de 1990, comprendiendo tanto el transporte de carga como el traslado urbano de pasajeros. A la fecha cuenta con alrededor de 31.902 kilómetros operativos de líneas férreas. En total existen unos 40.245 kilómetros de ferrovías, pero muchos tramos han quedado abandonados en las etapas: 1963, 1977, y la década de 1990.
Argentina cuenta con alrededor de 11.000 kilómetros de vías navegables. La red de hidrovías está compuesta por los ríos de La Plata, Paraná, Paraguay y Uruguay. Los principales puertos fluviales son los de Zárate y Campana.
La mayoría de los productos importados por la Argentina llega al país por vía marítima. Los principales puertos son los siguientes: Buenos Aires, La Plata-Ensenada, Bahía Blanca, los puertos del Up-River, Mar del Plata, Quequén-Necochea, Comodoro Rivadavia, Puerto Deseado, Puerto Madryn y Ushuaia. El puerto de Buenos Aires es históricamente el primero en importancia individual, pero la zona conocida como Up-River, que se extiende a lo largo de 67 km de la porción santafesina del Río Paraná, reúne 17 puertos que concentran el 50% del total de las exportaciones del país.
El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a unos 35 km del centro de Buenos Aires, es el más grande del país y dispone de instalaciones para manejo y almacenaje de carga. La compañía Aerolíneas Argentinas, privatizada en 1990, realiza vuelos nacionales e internacionales. Existen, también, diversas líneas aéreas domésticas. Las principales compañías aéreas internacionales utilizan Buenos Aires como destino o escala en sus rutas.
Transporte ferroviario Argentino.
Actualmente el transporte de carga por ferrocarril tiene un 5% de participación en la actual matriz de transporte de cargas de Argentina, teniendo una clara preponderancia el modo carretero.
Si bien la red ferroviaria nacional aún conserva parte de su extensión es evidente el deterioro y falta de inversión en infraestructura especialmente en las provincias del norte argentino.
A nivel global, los países con extensiones territoriales semejantes a Argentina, como Brasil, Estados Unidos y Canadá utilizan el ferrocarril que tiene un rol preponderante en sus matrices de transporte.
Las posibilidades de los sectores económicos de poder concretar con éxito la operatoria comercial, depende en gran medida del sistema de logística y transporte de carga de los productos, hasta su llegada a destino.
Se estima que los costos de flete de los productos, se reducirían en un 40%, si se utilizara para su traslado un sistema ferroviario eficiente.
En términos generales se podría confirmar que el ferrocarril es el modo de transporte que mejor contribuye a la economía de costos de los fletes y a la calidad de vida. Producen menos contaminación y ruido, menos accidentes, liberan las rutas de la congestión que produce el tránsito pesado y pueden utilizar energía renovable.
Transporte terrestre Argentino.
La red de carreteras de Argentina se divide en carreteras troncales, secundarias, y terciarias.
Las primeras tienen jurisdicción nacional, las rutas nacionales; las segundas provincial, las rutas provinciales; y las últimas son rutas municipales o comunales.
De esta red, unos 31.000 km de carreteras troncales y 38.000 km de carreteras secundarias están pavimentadas.
La red troncal une los grandes polos de producción, con los centros de consumo y los puertos nacionales. Estos últimos son la principal vía de ingreso y egreso de mercaderías del país.
En la actual configuración de la matriz del transporte y comunicación en Argentina, la mayor parte de los productos correspondientes al sector agropecuario (primarios e industrializados) son movilizados esencialmente por medios de transporte automotor. Su utilización es menos eficiente desde el punto de vista económico, plantea problemas de congestión en tramos saturados de la red vial especialmente en la época de cosechas, y es más contaminante que la utilización del transporte ferroviario.
Transporte fluvial y marítimo Argentino.
Los principales puertos comerciales son Buenos Aires, Bahía Blanca, Quequén, Rosario y Paraná. Más del 90% del comercio exterior Argentino se realiza por vía marítima. Pero los puertos argentinos tienen algunas desventajas: altas tarifas, escasa profundidad y limitada infraestructura. No existe un puerto de aguas profundas, salvo el de Madryn que se encuentra fuera del área comercial.
La hidrovía Paraguay-Paraná demanda la creación de un puerto de aguas profundas, ya que este tránsito está relacionado directamente con el Mercosur para mejorar las comunicaciones fluviales con el resto de los países limítrofes.
Transporte aéreo Argentino
Las rutas aéreas también convergen hacia Buenos Aires. El aeropuerto internacional más importante, Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini conocido como Aeropuerto Internacional de Ezeiza, se ubica a 29 km de Capital Federal. Las dos líneas aéreas más importantes son Aerolíneas Argentinas y LAN.
El primer vuelo de carga en Argentina, del que se tiene registro, fue en 1919. La empresa Philips contrato el traslado de lámparas eléctricas de Buenos Aires a Neuquén.
En Argentina, todo el transporte de carga, tanto de cabotaje como internacional, se realiza en aviones de pasajeros.
En la carga internacional también participan empresas extranjeras que son puramente cargueras.
En 1992 se transportaron en los vuelos de cabotaje 25.000 toneladas de carga, cifra que desciende a 10.000 toneladas en el 2011. (INDEC). En tanto en igual período el Producto Bruto Interno (PBI) creció y aumentó la radicación de empresas en el interior del país.
En relación a la carga internacional, las cifras crecieron acorde al resto del mundo de 85.000 toneladas de las cuales 20.000 eran de bandera argentina, a 226.000 toneladas de las cuales solo 20600 toneladas fueron cargas de bandera argentina. Es decir que la participación de las líneas nacionales disminuyó del 30% en 1992 a 12% en 2011.